Articulista Invitado
H�ctor Yunes Landa
El Plan Nacional de Desarrollo,
el cat�logo de lo imposible
HECTOR YUNES LANDA
A punto de vencerse el plazo, el Gobierno Federal entreg� a la C�mara de Diputados el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, el que se supone deber�a ser el documento rector de la vida nacional para esta nueva administraci�n.
Sin embargo, en sus 255 p�ginas est� plagado de contradicciones y compromisos sin sustento, lo que nos hace suponer que los a�os venideros iremos sin br�jula ni rumbo, principalmente en tres rubros que son indispensables para el desarrollo de cualquier naci�n: econom�a, salud y seguridad.
La econom�a se encuentra en desaceleraci�n. Entre el cuarto trimestre de 2018 y el primer trimestre de 2019 el PIB cay� 0.2 por ciento, el peor trimestre desde 1995, esto de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estad�stica, Geograf�a e Inform�tica (INEGI). La Organizaci�n para la Cooperaci�n y el Desarrollo Econ�micos (OCDE) redujo la perspectiva de crecimiento para M�xico a 1.6 por ciento, pero en el Plan Nacional de Desarrollo se afirma que creceremos al 4 por ciento en los pr�ximos 5 a�os y cerrar� con 6 por ciento en su �ltimo a�o.
Para alcanzar lo dicho por el Ejecutivo Federal, tendr�a que tomar decisiones econ�micas radicales que permitan recuperar la confianza en la inversi�n y el consumo, y en consecuencia, elevar la proyecci�n de crecimiento al 4 por ciento. El desarrollo de un pa�s no se logra por decreto ni insistiendo en ello cada ma�ana.
Alcanzar tal cifra de crecimiento no s�lo es halag�e�o y exagerado, sino hasta fantasioso, sobre todo cuando Petr�leos Mexicanos (Pemex), a decir de los expertos financieros, arriesga la estabilidad macroecon�mica del pa�s; si revisamos los n�meros de la industria, �sta cay�, no hay inversi�n privada, la generaci�n de empleo est� estancada, las econom�as estatales est�n paralizadas, no tenemos los insumos para crecer ni al 6 ni al 4 por ciento. Usando los propios t�rminos de la Transformaci�n de Cuarta: �vamos requetemal!
En el mismo sentido est� el rubro de la seguridad que es el que m�s nos duele a todos los mexicanos. En el apartado pol�tico del documento eje �p�gina 21-, la nueva autoridad federal nos dice que al final del sexenio, es decir para 2024, los delitos de alto impacto se habr�n reducido en 50 por ciento, pero en la parte t�cnica, que son los anexos, la meta es apenas de 15.6 por ciento. Otra contradicci�n est� en la p�gina 23, cuando se critica a otros gobiernos por el uso de las fuerzas armadas para el combate a la inseguridad, pero renglones m�s adelante reconoce que las necesitar�n como una parte toral para alcanzar su objetivo de emprender la construcci�n de la paz.
Prometieron y siguen prometiendo al amparo de una legitimidad que se desvanece. Dicen que al final del sexenio ya no habr� ni un s�lo delito de cuello blanco y, dejan la puerta abierta, de par en par, a la legalizaci�n de las drogas, como una parte de la soluci�n al combate a la delincuencia.
En materia de salud la imaginaci�n no tiene l�mites. El presidente ha dicho que en tres a�os, M�xico tendr� un sistema como el de Suecia, Canad� o los pa�ses n�rdicos; este compromiso no est� plasmado en el PND, ni se establecen pol�ticas p�blicas para lograrlo. El sistema de salud de esas naciones llev� d�cadas construirlo, gracias a un s�lido modelo de educaci�n y desarrollo de la ciencia. La cobertura universal y el abasto de medicinas es el verdadero reto de esta administraci�n.
Por eso pareciera que este Plan Nacional de Desarrollo, son dos documentos distintos, que no fue elaborado por un mismo equipo, con una sola visi�n de pa�s, ni de la mano de los especialistas. Por el contrario, deja en evidencia que se hizo al vapor, que hay posturas encontradas entre lo dogm�tico y lo t�cnico lo cual, sin duda, es una muy mala noticia para las familias de M�xico. |
