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Sábado 21 de diciembre de 2024
De faldas y de libertad

Actualizado: 2023-03-15

La vida está en otra parte


Arturo Márquez Murrieta


De faldas y de libertad


Para Malva Flores,
Premio Internacional Alfonso Reyes 2022


Alguna vez Malva Flores, poeta, escritora e investigadora radicada en Xalapa desde hace muchos años, preguntó que entre libertad e igualdad qué preferíamos o qué es más importante. Yo le contesté que libertad. Para mí, sin libertad no puede haber igualdad, ni muchos otros valores y derechos como la democracia, los derechos humanos, la dignidad humana, etc. Ello no quiere decir que no persigamos la igualdad entre las personas y sociedades, pero antes que defender la igualdad, debemos preservar la libertad.


El combate a la violencia de género, a la discriminación por razones de género, y la lucha por la igualdad entre hombre y mujeres, es uno de los temas púbicos más importantes hoy en día. Y nuevamente aquí, en este problema público (sic) de la igualdad de género, no cabe atenderlo sin partir de una defensa a ultranza de la libertad personal, de la libertad de las personas, de las libertades individuales, como condición, como derecho primario de todas y todos.


Recientemente, alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana, invitaron a todos los hombres de dicha comunidad a llevar falda por un día para visibilizar la condición y discriminación de género hacia las mujeres. A esta demostración se sumó el profesor universitario Arturo Hernández Abascal, a quien conozco desde hace muchísimos años. Tanto a quienes promovieron como
a los que apoyaron esta manifestación los criticaron de una manera grosera y retrógrada, y añadiría hasta violenta, si tomamos en cuenta que la violencia también puede ser verbal y psicológica.


La lucha pública por la igualdad -en todos los sentidos- entre hombres y mujeres no puede ni debe escatimar en estrategias, métodos y formas de propaganda, difusión o concientización, etc., para visibilizar y presentar la violencia y discriminación de género, siempre y cuando no sea ella misma violenta o afecte a terceros.


Se confunden muchas personas si creen que una demostración como la que hicieron los alumnos y profesores universitarios va en contra de la moral, de las costumbres, de la religión o del decoro. Me parece que es todo lo contrario. Lo que hicieron, y además lograron, fue precisamente llamar la atención y concientizar sobre la situación de discriminación, desigualdad y violencia que viven las
mujeres.


Ejercer nuestras libertades como personas para exigir derechos o demostrar situaciones de injusticia o discriminación, es una condición de una sociedad libre y democrática.


En el tema de defensa de la igualdad o la libertad de mujeres y hombres, o del combate a la violencia o discriminación contra las mujeres, no caben nuestras posiciones personales religiosas, ni morales, ni nuestros prejuicios o ideologías individuales. Por lo menos no en su dimensión social y comunitaria. Aquí no importan nuestras preferencias individuales, ni nuestras fobias.


Por lo que estamos viendo en estos días, en Xalapa y en todo el estado, la sociedad, y principalmente los y las jóvenes ya no van a permitir esa situación. Así lo muestran las manifestaciones estudiantiles de los últimos días.


Aquí no se trata de pensar o hacer que este malestar no crezca. Ya está ahí. El enojo, hartazgo, desesperación ya están ahí, aquí entre nosotros. Y nos lo están mostrando precisamente las y los estudiantes de la Universidad. No se trata de que la solución venga sólo de las autoridades, es principalmente un problema de toda la sociedad, de todos y todas.


Me parece que la forma de visibilizar la discriminación o violencia de género como la que hicieron los alumnos de la facultad es muy valiente, y hay que decir que no es la única, puede haber muchas más. Lo importante aquí no es si unos hombres se pusieron falda. Eso es totalmente irrelevante. Lo importante aquí es lo que quisieron decir como una pequeña muestra del problema de fondo que tenemos como sociedad.


Felicito la iniciativa de los universitarios. Felicito a mi amigo Arturo Hernández Abascal por tomar nuevamente un tema de derechos desde esa parte lúdica, irreverente y confrontativa que lo caracteriza. Demostraron que, desde acciones sencillas y breves, se puede llamar a una reflexión colectiva, a pesar de la genteque no lo puede ni quiere ver.


Termino diciendo, este ejemplo particular -el de las faldas- y las manifestaciones colectivas de los universitarios de los últimos días, son testimonio del valor de la libertad. Obviamente que persiguen la igualdad, lo cual es de por sí elogiable, pero la lucha de fondo, la lucha por la que debemos estar siempre como personas y como ciudadanos, es la lucha por la libertad, por la libertad a ser, a hacer, a
circular, a decir, a manifestar, a vestir, a amar, a hacer familia, a vivir; por el derecho a la libertad de poder ser, poder hacer, poder vivir, poder amar, poder vestir, poder tener, como queramos, con quien queramos, cuando queramos, donde queramos, por donde queramos.


Si no defendemos la libertad, si no tenemos libertad, corremos el riesgo de caer en el autoritarismo, en los totalitarismos, en la intolerancia, en la dictadura o las policías de la moral. Ahí está Irán y la lucha de las mujeres por su libertad antes que nada (y le sigue la igualdad de derechos).


Las faldas o los pantalones son lo de menos. La libertad es lo más. La igualdad, la no discriminación y la no violencia vendrán por añadidura.


@MarquezMurrietaMu

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