La inocente Paty
Por: Efraín Quiñonez León
22 de abril de 2023
La insigne poetisa del insulto, la diputada chiapaneca, Patricia Armendáriz, vuelve a colocarse en el top de las listas de personajes de la política que no escatiman esfuerzos por hacer evidente su prepotencia y racismo. Luego de propinar unas cuantas majaderías, con toda la fuerza de su pecho escupe el odio por la frustración que le provoca la escasa atención de sus órdenes. Dice que el audio que circula por redes sociales no es reciente, sino de hace un año. No se necesita que la grabación sea haya cocinado al momento para mostrar el talante de la legisladora y el florido lenguaje con el que ordena, conmina y recrimina. Protagonista de la barra de programas de concurso en la televisión, copia aldeana de lo que ya se produce hace años en otras latitudes, la implacable Paty somete a su interlocutor cual si fuera atleta del cuadrilatero. Comparece extraviada y en su vocabulario altisonante no parece existir el acuerdo mediante el diálogo, solamente que esto se traduzca, sin chistar, como órdenes que no admiten otra salida que su cumplimiento. En sus episodios escénicos pretende hacernos creer que la “vida real” es básicamente una representación químicamente pura y en ello se pinta sola. Los inefables conceptos esgrimidos por la terrible Paty coronan el diálogo circular convertido en diatriba. La cándida Paty embiste a quienes reclama la ingratitud por sus denodados esfuerzos. Parece experta en el chantaje, pues manipula a través del pago a un abogado que es contratado para la elaboración de proyectos de desarrollo en algún lugar de la selva chiapaneca. Como si tratara de desplazar a Lily Téllez, la recatada Paty se estrena como su versión más depurada en las filas morenistas hasta el momento. Es pródiga en su lenguaje procaz y no se percibe ningún pudor o algo que la intimide en absoluto por su violentísima postura rompemesas. Mientras su interlocutor apenas logra articular un escasísimo catálogo de verbos, le espeta a la legisladora su falta de compromiso a fin de visitar al preciso en la Ciudad de México, pero ella categórica dijo: Niguas!!! O me presentan proyectos de desarrollo para la comunidad o se van a la chinantla. Bueno, no lo dijo así, es verdad, me tomo ciertas licencias literarias para mostrar el jolgorio de una pieza que se representa como tragedia y comedia al mismo tiempo. Exhibida en sus lances retóricos, Patricia Armendáriz, compite como alumna aventajada de Lorenzo Córdova. El ínclito presidente del INE que de ser arbitro prefirió ponerse los guantes antes de ver horadadas las arcas del instituto que pusieran en riesgo sus sagrados emolumentos. Rabioso defensor de la democracia, siempre y cuando esta no toque ni con el pétalo de una rosa alguna retribución monetaria porque sus patrióticos esfuerzos bien valen la pena sus ingresos, el expresidente del INE se despide sin el más mínimo recato de haber contribuido al deterioro moral de la institución que tanto trabajo ha costado construir. En
melodramática despedida, el presidente más cínico del INE descalifica a todos los que ven en el dinero el único medio que hace posible funcionarios incorruptibles. Con terror, la inocente Paty, trémula por el odioso desafío a sus órdenes, nos muestra que los tratos crueles e inhumanos no son propiedad exclusiva de los conservadores, en su yo interno algunos progres revelan de manera espasmódica su verdadero rostro frente al diferente. Al noble y trabajador conejito que reclama el acto sacrificial que significa entregarse a ellos por el bien de la patria, suele sacar en lo íntimo lo más auténtico y negro de sus impulsos por la poca obediencia que muestran por sus decisiones. Tratados como bestias de carga o como niños caprichosos, “los olvidados” evidencian la hazaña de interpretar a su favor decisiones que los excluyen y con maestría participan del juego perverso para su muy particular beneficio. En las encrucijadas que nos depara la vida, la incorregible Paty nos recuerda que hasta entre los racistas pueden existir modales y manifestaciones de autocrítica. Después de hacerse viral en las redes sociales el archivo de sus exabruptos e improperios, dice haber ofrecido disculpas por su comportamiento. No está mal que así sea, pero a su edad me temo que el chamuco ya hizo su chamba más siniestra. O, lo que no es lo mismo, pero se parece, ni yendo a rezar a Chalma podrá desintoxicarse de lo que su intimidad revela frente a las comunidades originarias. Dios bendito!!! |