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Sábado 18 de mayo de 2024
AMLO: del credo a la batalla final

Actualizado: 2023-07-19

AMLO: del credo a la batalla final


Por: Efraín Quiñonez León
7/19/2023


Como si emulara a un pastor evangélico, el presidente López Obrador insiste cada vez que hay oportunidad que tiene el imperativo de la reiteración no solamente para que el pueblo bueno y sabio olvide la misión histórica de transformar el país en beneficio de los más pobres y necesitados sino, también, porque la reacción, los conservadores, los que están muy enojados con los cambios emprendidos, tienen demasiado poder en los medios e incluso hasta los controlan, de tal manera que pueden hacer confundir a la masa de desheredados de México y eso puede ser muy riesgoso para su legado que, además, podría tener consecuencias catastróficas que terminen por perjudicar a quienes menos tienen. Sinceramente, no veo cómo puedan revertirse algunos cambios que tienen rango constitucional, como la pensión a los adultos mayores o las becas a los estudiantes.


En alguna ocasión en este espacio he comentado acerca de Rosa Montero, escritora española que ha adquirido notoriedad por sus novelas y que hoy sufre el implacable destino de la mercadotecnia que se traduce en éxito, lo que a menudo va en sentido contrario a la creatividad. Para García Márquez ese era uno de sus grandes temores, conquistar el éxito y el reconocimiento por sus obras literarias que, a final, apagara el fuego de la creación. Juan Villoro ha confesado que hacer un dribling a la fama le obliga a soportar el desafío de escribir desde diversas trincheras para no repetirse o cultivar la monotonía de insistir en un modelo de escritura y la reiteración de temas hasta la saciedad. Por estas razones suele transitar por los sinuosos caminos del periodismo, más concretamente en la crónica, pero también acepta coronar sus esfuerzos en la novela, el ensayo (hijo bastardo de la literatura y la ciencia) o el cuento, por mencionar solamente algunos de los géneros por él cultivados.


Bajo esta lógica, el presidente ha insistido que tiene, a diferencia de los escritores, la indulgencia de la reiteración. Es decir, está consciente que puede “aburrir”, pero considera que su misión lo exige. Ha dicho, también, que a diferencia de los escritores quienes están obligados a no repetirse, él se autoexculpa porque las circunstancias lo ameritan “frente al sistemático ataque de la reacción”.


De bote pronto he recordado que, paradójicamente, en la academia tiende a descalificarse a la mayoría de estos géneros de escritura, sino es que a todos. Cuando un dizque científico o falso académico espeta el siguiente comentario: el escrito tiene un tono periodístico; más allá de la descalificación que pretende hacerse, lo que hace es materializar la ignorancia o la soberbia de quien se siente superior y tocado por dios. Es verdad que la escritura académica debe sustentarse en datos y en un tipo de lenguaje que haga evidente el rigor de los razonamientos, pero ello no tiene por qué descalificar los distintos géneros mediante los cuales pueden expresarse las ideas. El común denominador de los académicos de las universidades públicas del país tiende a considerar que sus escritos son excelsos, pero a menudo resultan no solamente incomprensibles sino, peor aún, suelen estar mal escritos y creen que sus narraciones nos muestran los grandes descubrimientos acerca del agua tibia. El relato pseudo científico se reduce a las siguientes muletillas: “como dice fulano….” “En la siguiente tabla se muestra claramente que….” “la gráfica nos indica… “ pero cuando mucho apenas han logrado precariamente describir algo y con frecuencia ni siquiera se tiene la más mínima imaginación para interpretar los datos que supuestamente revelan el alcance de sus esfuerzos “científicos o académicos”. A menudo, también, se cree que los cuadros muy bonitos realizados en Excel o las gráficas de autor se explicarán por si mismos debido a la belleza de su confección, o porque se considera que las cifras muestran diagnósticos autoevidentes o pruebas irrefutables. Y lo peor de todo esto es que eso es lo que se enseña a las nuevas generaciones. Se usan citas para ofrecer falsamente un toque de cientificidad, simulando que se está al tanto de los autores de moda, pero se pierde por completo el interés en los modos de expresión y, sobre todo, queda olvidado en el baúl de los trebejos los supuestos hallazgos o descubrimientos.


Vale la digresión no solamente para dejar patente la autocrítica sino, también, para mostrar las distintas formas en que la arrogancia es casi una condición sine qua non de la retórica que se esgrime desde el poder, como la que a menudo es moneda corriente en la academia.


Son casi 5 años de este gobierno y las homilías de todas las mañanas tienden a desgastar no únicamente el discurso convirtiéndolo en una retórica vana. Hasta el día de hoy se han realizado poco más de 2 mil mañaneras o conferencias de prensa donde el presidente, según sus propias palabras, instaura un “diálogo circular” con la sociedad donde, fundamentalmente, trata de contrarrestar a los medios de comunicación tradicionales y analistas que reiteradamente hacen críticas a su gobierno. Desde luego, no solamente se trata de eso sino, también, de ofrecer alguna información al público en general acerca de los programas de gobierno enfocados a revertir las condiciones de pobreza y desigualdad en el país. Por ello es que se difunden los precios de los bienes y productos básicos, las acciones en torno a la salud, las obras emblemáticas que se llevan a cabo, el tema de la seguridad, la tensa relación con los medios y las descalificaciones entre ambos bandos; entre muchos temas más. La mañaneras, también, son un vehículo a través del cual se filtran algunas demandas o denuncias de ciertos grupos de la población.


El presidente está convencido que lo ven y lo escuchan millones de mexicanos, de lo que no puede estar suficientemente seguro es que todos esos ciudadanos acepten sus ideas cual si fuera cura de pueblo donde, en efecto, los sacerdotes cumplen una función fundamental en la atención de los problemas de la población o de su rebaño, como suelen decir. La sociedad mexicana es muy compleja o no admite un análisis a partir de los argumentos trillados para diferenciar a grandes trazos la relación entre ricos y pobres. Los pobres, es verdad, son alrededor de la mitad de la población, pero incluso ello es dudoso que no solamente estén con el régimen actual y con los problemas de conectividad que se tienen en el país, es muy difícil que el mensaje presidencial llegue hasta lo más recóndito de la nación. Por lo tanto, es un recurso retórico invocar a los pobres bajo esta lógica. Se trata más bien de ejercer el poder político mediante el control de la agenda pública, es decir, de los temas que “deberían” discutir las elites del país.


Parte de la situación de la pobreza también se explica justamente por la carencia de conectividad y la posibilidad de tener un micro para difundir problemas o demandas que no han sido atendidas. Los bajos niveles de escolaridad configuran un panorama muy difícil de superar para los pobres del país.


Las clases medias con mejores niveles educativos y con posibilidades de tener recursos incluso para contribuir con el presente gobierno en las complicadas tareas autoimpuestas, como “acabar con la corrupción”, por ejemplo, simplemente se encuentran divididas y prácticamente paralizadas frente a los ataques reiterados desde el púlpito presidencial.


Pero en estos días hemos visto a un presidente en apuros por sus propios yerros y ha terminado por favorecer lo que tras bambalinas no quisiera que ocurriese.


En la tradicional Feria Internacional del Libro que cada año se realiza en Guadalajara, Jalisco, se celebró un foro denominado “Retos en la política pública para impulsar el desarrollo sostenible en México", donde estuvo invitada la senadora panista, Xóchitl Gálvez. Bueno, es verdad que ella no se adscribe o se reconoce como militante de ningún partido político, pero también es cierto que los cargos de relevancia política los ha obtenido gracias al PAN. En dicho foro la senadora dijo y cito textual: “Yo estoy de acuerdo en apoyar a los que menos tienen, por supuesto que estoy de acuerdo en esas transferencias, pero me parece que es insuficiente. Algo que aprendí de mi abuelo es ganar tu comida trabajando y creo que lo que tenemos que hacer es que estos apoyos sean temporales, darles habilidades, educación, certificación y competencias laborales, generar fuentes de empleo para que la gente pueda salir adelante”. Y más adelante remató con el siguiente comentario: “De verdad que el mayor acto de dignidad de un ser humano es poder ganar su comida trabajando y creo que es en lo que yo me enfocaría, pero mientras tanto sigamos dando los apoyos económicos. No digamos que no son necesarios, sí son necesarios, por eso la gente se aferra a eso único que hoy tienen ante la inflación que tenemos, ante la falta de medicamentos en comunidades indígenas y el abandono del campo” (Infobae, 18 de julio de 2023).


Por su parte, el presidente López Obrador señaló en su conferencia del día 5 de diciembre de 2022 que la senadora pretendía quitar los programas sociales para la protección de los adultos mayores. Sus palabras fueron las siguientes: “Acaba de decir la señora Xóchitl Gálvez que ella va a quitar los programas de apoyo a los adultos mayores, lo mismo planteó la que era candidata del PRI en Hidalgo (Carolina Viggiano) y han votado para que no se apoye a los adultos mayores ni se apoye la educación pública, ni se apoye la salud pública, que no se entreguen becas a personas con discapacidad, porque todo eso para ellos es populismo, es paternalismo” (Infobae, 18 de julio de 2023).


Todo esto condujo a una suerte de escaramuza verbal en los medios donde la senadora solicitó derecho de réplica al presidente para explicar que no había dicho lo que el ejecutivo federal le atribuía. Acto seguido, AMLO afirmó que no tenía por qué abrirle las puertas en la mañanera porque era el colmo si ya tenían todo el apoyo de los medios convencionales. Sin embargo, si una autoridad competente se lo solicitaba sólo entonces permitiría que la senadora expresara su opinión.


A partir de marzo de este año, la senadora Gálvez interpuso un recurso de amparo para que el presidente le abriera las puertas de la mañanera, como inicialmente lo había solicitado. No fue sino hasta los primeros días de junio que le notificaron que le había ganado el amparo y el 12 del mismo mes se presentó a las puertas de palacio donde se llevan a cabo las mañaneras, pero simplemente no le abrieron las puertas.


Paralelamente a esto, el ambiente político subía de tono porque la presidencia de la república había decidido anticipar el proceso de selección del candidato del partido oficial para las elecciones de 2024, cosa que ocurrió el 19 de junio; motivo por el cual varios de los candidatos y en su momento funcionarios de la actual administración federal o representantes populares debieron apartarse de sus respectivos cargos e inmediatamente iniciaron recorridos “informativos” por todo el país. Sin embargo, ninguno de los candidatos de Morena o precandidatos (Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Manuel Velasco y Gerardo Fernández Noroña) realmente lograban conectar con la ciudadanía, ni siquiera alcanzaban a poner temas relevantes en la agenda pública, quizás porque sus “discursos” no estaban dirigidos a los ciudadanos sino principalmente al presidente. Salvo Noroña, el resto repiten hasta el cansancio el credo presidencial del apoyo a los pobres, de la
revolución de las conciencias y en algunos casos hasta el patetismo de la creación de la Secretaría de la 4T, misma que se ofrecía a un hijo del presidente.


Mientras tanto, en las últimas semanas hemos visto que la conversación se la disputan no los candidatos del oficialismo, sino el propio presidente contra la líder más visible de la oposición que aparentemente estaba “moralmente derrotada”. Es cierto que los medios han contribuido a exaltar la figura de Xóchitl Gálvez, pero eso no impide reconocer que ha sido arrojo y los errores presidenciales que la han puesto en la carrera presidencial como una candidata de la reacción, los conservadores, los corruptos y toda clase de epítetos que el oficialismo utiliza para descalificar a los opositores. La gran paradoja de todo esto es que, si la oposición estaba moralmente derrotada, cómo es que ahora tienen una candidata que las encuestas más recientes la ponen como una contrincante que al menos puede competir, mientras los candidatos de Morena se ven extraviados, divididos y confrontados. Irónicamente, de nuevo las posturas presidenciales involuntariamente inciden en la contienda interna del bloque opositor, pues fortaleció a una de las contendientes que no figuraba para nada.


La larguísima e ilegal exposición de todos los candidatos los está sometiendo a un desgaste brutal y en esto padecen el mismo problema quienes pretenden sustituir al presidente López Obrador en la presidencia de la república desde Morena y sus aliados, como los que en la oposición persiguen el mismo fin. De acuerdo con la ley, el proceso electoral de 2024 inicia sus preparativos en el mes de noviembre del presente año. Lo que hasta ahora hemos visto es una sobre-exposición de algunos candidatos tras la ansiada nominación de sus propias organizaciones partidarias; pero más que propuestas, lo que no hay lugar a dudas es que vemos la más insultante dilapidación del dinero en publicidad y en un país de pobres resulta un contrasentido del actual régimen favorecer semejante tipo de prácticas; cuando han sido precisamente las corrientes progresistas las que más han criticado el dispendio en las campañas y la necesidad imperiosa de regular el dinero en ellas.


Además de ilegales e indebidas las medidas tomadas hasta ahora, resulta que no existe una correlación perfecta entre una mayor exposición en los medios que garantice un triunfo en las elecciones, cosa en la que a menudo se equivocan los políticos que no los publicistas que, bajo estas circunstancias, terminan por amasar grandes fortunas. Las campañas políticas simulando que no lo son, no únicamente resultan un insulto a la razón sino una inmoralidad en un país con tantas carencias y necesidades insatisfechas.


Finalmente, hoy justamente se da a conocer la postura de una de las magistradas del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Janine Otálora, quien en los próximos días presentará a la sala superior una tesis a fin de suspender toda campaña política de las hasta ahora emprendidas porque son, como hemos dicho, violatorias de la ley electoral vigente. Por el momento, no podemos saber si esto ocurrirá o no, pero es casi seguro que las campañas sigan como hasta ahora, aunque si pasa lo contrario cambiará el escenario político del país por completo.

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