Yamiri Rodríguez Madrid

 

Lejos de fortalecer nuestros cuerpos de bomberos ante el crecimiento de la población, en Xalapa vamos en retroceso. Pese a la advertencia que lanzó el Patronato de Bomberos de Xalapa de que dejará de prestar sus servicios a partir del próximo domingo 1 de septiembre por la falta de apoyos, ni las autoridades municipales ni la sociedad civil se inmutaron.

Todos los años los vemos boteando en los principales cruceros de Xalapa, Coatepec y Banderilla porque no hay uniformes nuevos, ni mangueras ni equipo renovado que les ayude a hacer mejor su trabajo y, principalmente, mantenerlos a salvo. Sus sueldos son una burla, pese a que arriesgan su vida.

No hay un solo día en que no atiendan alguna emergencia o siniestro en alguno de los municipios de la región, toreando el caótico tráfico y aún así, hacer impecable su trabajo.  Pero eso no importa, no al menos a los presidentes municipales quienes no han dicho ni pío al respecto.

¿Qué van a hacer cuando se presente un incendio? Las áreas de Protección Civil municipal no tienen ni el equipo ni la capacidad para atender incidentes mayores.   Esto también nos revela el nulo interés de administración tras administración municipal por alcanzar los estándares deseables en cuanto al número de policías, bomberos y médicos que debe haber por cada cien mil habitantes.

No hay que perder de vista que incluso han atentado contra ellos: el expresidente municipal de Xalapa, Hipólito Rodríguez les quería cobrar el agua y el actual munícipe de Coatepec, Raymundo Andrade, intentó desalojarlos de su cuartel. Y ya ni hablemos de que no hay forma de que se cumpla con la construcción de nuevas estaciones y dignas para que operen.

Y todavía son tan descaradas las autoridades municipales, que luego saldrán con su típico discurso de que reconocen su valentía, su heroísmo, pero en la realidad no hay apoyos concretos para ellos.

Están a unos días de recapacitar.  No vaya a cumplirse el dicho de que después del niño ahogado, quieren tapar el pozo.