FELIPE DE JESÚS FERNÁNDEZ BASILIO
DESDE A JANELA
LA FISCALÍA DE FERNÁNDEZ NOROÑA
De todo el zafarrancho entre porros que hubo en el Senado, hay algo que es importante resaltar debido a que va acorde con la vida llena de privilegios que se dan quienes llegaron al poder gracias a que prometieron que con ellos se iban a terminar toda clase de privilegios.
De la gresca en sí, no hay mucho que resaltar: un par de porros manoteándose, jaloneos y empujones y si acaso lesiones leves que a lo más con una indemnización mutua quedan saldadas.
Vamos, no es la primera vez ni será la última que lleguen a los golpes en un parlamento, ejemplos hay miles en todo el mundo.
Lo que sí es imperdible el escarnio que se montó en las redes sociales y en lo personal, me gustó que le dieran sus cates al brabucón de Fernández Noroña.
Bueno, volviendo al tema de esta colaboración, resulta que momentos después del “incidente” llegó personal de la fiscalía a las oficinas de Fernández Noroña para tomarle su declaración con la finalidad de iniciar una querella.
Sí, personal de la fiscalía se trasladó con todo y computadoras portátiles a las oficinas del senador de la transformación que no fue ni tampoco será, para tomarle su declaración e iniciar un proceso penal por un delito de los que en doctrina penal se llaman de bagatela, lesiones leves que tardan en sanar menos de quince días.
O sea, usó recursos y personal públicos para algo que a lo mucho va a terminar en una multa para ambos.
¿A caso no es corrupción distraer por cosas muy menores a servidores públicos que deben de aplicarse en asuntos mucho más graves y más aun abusando de que se es presidente del Senado?
¿Qué dirán de eso las personas que buscan a sus familiares o amistades desaparecidas y que tienen que dar infinidad de vueltas por las fiscalías para que les digan que no han hecho nada?
¿Qué pensarán las personas que fueron abusadas sexualmente o violentadas con lesiones, esas sí graves, que acuden a las fiscalías y a pesar de contar con todas las pruebas que acrediten el delito y al perpetrador, les dicen que vayan semana tras semana y no avance su asunto, porque el fiscal “hace tiempo” para no redactar la judicialización de su carpeta?
Porque ese es el México de los que no son altos funcionarios de la transformación que no fue ni tampoco será, ese es el México de los ciudadanos normales que tienen que lidiar con fiscalías burocratizadas e ineptas.
¿A qué mexicano común que sufre la comisión de un delito del tipo que sea le van a tomar su denuncia en su domicilio o a su lugar de trabajo?
El mexicano común reza para no sufrir la comisión de un delito y si, por desgracia, le sucede prefiere no denunciar, porque sabe que solamente va a dar vueltas y a perder el tiempo en las fiscalías.
Y efectivamente, los pocos que se atreven a denunciar o a querellarse, son tratados como pelotas de pin pon y muchas veces revictimizados y aun logrando demostrar que fueron víctimas de un delito su carpeta tarda meses o hasta años en llegar a un juez.
Por eso digo que lo más indignante del incidente en el Senado es ver el abuso y los verdaderos privilegios con los que viven quienes dijeron ser diferentes y que iban a gobernar sin ellos.
Porque la fiscalía de Fernández Noroña no es la misma que la de los mexicanos comunes.
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