| Ni las mujeres ni los ciudadanos de a pie |
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Actualizado: 2018-05-17 |
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R�brica
Ni las mujeres ni los ciudadanos de a pie
Por Aurelio Contreras Moreno
M�s all� de las simpat�as y antipat�as que haya generado la fallida candidatura presidencial independiente de Margarita Zavala G�mez del Campo, hay varias cosas qu� lamentar en torno de su renuncia a su aspiraci�n a media campa�a.
Quiz�s la m�s evidente de todas es la inviabilidad de las candidaturas independientes en nuestro pa�s, que salvo las escas�simas excepciones conocidas, han sido aniquiladas por la partidocracia, que desde su origen las conden� a ser vulgares extensiones de sus propios intereses.
La candidatura de Margarita Zavala, as� como la de Jaime Rodr�guez Calder�n, el dizque �Bronco�, de independientes s�lo tuvieron el membrete, pues ambos provienen de partidos en los que se les neg� la posibilidad de contender a los cargos que ambicionaban, y que adem�s hicieron trampa para cumplir con los inalcanzables requisitos de ley que se exigen para obtener la nominaci�n sin el apoyo de colores partidistas.
Aun cuando Rodr�guez Calder�n contin�e hasta el final de la contienda �finalmente, para eso le abrieron artificiosamente un lugar en la boleta electoral-, el fracaso de la experiencia �independiente� en este proceso tendr�a que obligar a replantear este tipo de candidaturas, porque de la manera como est�n establecidas en la normatividad vigente, �nicamente representan una oneros�sima e inservible simulaci�n y no una v�a para la verdadera participaci�n democr�tica ciudadana.
Pero si la evidencia del fiasco independiente es lamentable, todav�a peor resulta constatar que la pretendida equidad de condiciones para que las mujeres accedan a los cargos en los que se toman las decisiones trascendentales para el pa�s, es una ficci�n.
Con la renuncia de Margarita Zavala �quien nunca pudo deshacerse de la sombra ni del lastre de su esposo, el ex presidente Felipe Calder�n- la elecci�n presidencial qued� formalmente y de nueva cuenta, como un asunto reservado para hombres.
A pesar de que las mujeres mexicanas representan m�s del 50 por ciento del padr�n electoral en nuestro pa�s, ya no hay ninguna en la contienda en la que habr� de elegirse a quien lo dirigir� los pr�ximos seis a�os. Los espacios para ellas dentro de la pol�tica siguen limit�ndose, las m�s de las veces, a candidaturas en las que est�n destinadas al fracaso, o a cargos que les son concedidos por decisi�n de hombres. De nuevo, con las excepciones que al final del d�a confirman la regla.
Si la partidocracia fren� con sus irracionales escollos jur�dicos la candidatura independiente de Mar�a de Jes�s Patricio �quiz�s la m�s digna de todas las que se presentaron en este proceso electoral-, el machismo y la misoginia que hicieron inviable su aspiraci�n echaron de la contienda a Margarita Zavala. Cada una, en los extremos de la pluralidad ideol�gica que caracteriza a la poblaci�n de la Rep�blica Mexicana, y que tampoco est� representada por quienes siguen en pos de la Presidencia, pues todos, sin excepci�n, son conservadores, derechistas. Confesos o de cl�set. Las ideas de la izquierda democr�tica no tendr�n lugar en Palacio Nacional el pr�ximo sexenio, gane quien gane los comicios.
Tampoco las mujeres ni los ciudadanos de a pie.
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