| El quinto de Yunes |
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Actualizado: 2018-03-23 |
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R�brica
El quinto de Yunes
Por Aurelio Contreras Moreno
La noche del pasado 21 de marzo, el periodista Leobardo V�zquez Atzin fue asesinado a balazos dentro de su domicilio, ubicado en la localidad Nuevo Renacimiento 2000 en el municipio de Guti�rrez Zamora, al norte del estado de Veracruz, convirti�ndose en el quinto reportero ultimado en la entidad durante lo que va del bienio de Miguel �ngel Yunes Linares.
Entre los muchos fracasos de un r�gimen que prometi� un cambio radical en la situaci�n del estado, hay que destacar el de garantizar el ejercicio libre del periodismo en la entidad. Eso no s�lo no ocurri�, sino que la violencia contra los comunicadores permanece intacta, as� como la infame respuesta del gobierno estatal para minimizar los cr�menes en su contra. Exactamente de la misma manera como suced�a con Javier Duarte de Ochoa.
Al d�a siguiente del homicidio de Leobardo V�zquez Atzin, la Fiscal�a General del Estado emiti� un malintencionado bolet�n en el que destac� en uno de sus bajantes que el reportero �fue privado de la vida mientras desarrollaba su actividad de taquero�.
Y en el cuerpo del burdo comunicado se reiter� que el �rgano que encabeza Jorge Winckler Ortiz investiga �el deceso de un comunicador que actualmente se desempe�aba como comerciante de comida�.
En un est�ril esfuerzo por evitar que se contabilice un asesinato m�s de un reportero en el estado durante el periodo de gobierno de Miguel �ngel Yunes Linares, la servil Fiscal�a �aut�noma� opt� por intentar descalificar el trabajo profesional de Leobardo V�zquez �acus�ndolo� de tener tambi�n un negocio de comida para poder subsistir.
Uno de los problemas end�micos de la profesi�n period�stica en M�xico, y especialmente en Veracruz, es el de las paup�rrimas condiciones laborales en las que los reporteros realizamos nuestro trabajo. Salarios de hambre, nulas prestaciones sociales, indiferencia patronal hacia nuestras condiciones de seguridad, inestabilidad laboral, son las �armas� con las que los comunicadores salimos a hacer nuestra labor. �Puede culparse a alguno por buscar una fuente de ingresos extra a trav�s de una actividad leg�tima? Pues en la Fiscal�a piensan que s�.
En realidad, la verdadera intenci�n del gobernador Yunes Linares y de su empleado el fiscal es denigrar la profesi�n period�stica y a quienes la desempe�an. No bien hab�a emitido el comunicado tildando de �taquero� a Leobardo V�zquez �de la misma manera que en enero de 2015 Javier Duarte desestim� el asesinato de Mois�s S�nchez Cerezo porque era �taxista�-, cuando la Fiscal�a difundi� otro bolet�n consignando la sentencia a 54 a�os de prisi�n de un secuestrador en Cosamaloapan, �hijo del extinto periodista Pedro Tamayo�. �Por qu� ser�a relevante destacar ese dato? Pues para criminalizar indirectamente a otro reportero -que adem�s est� muerto desde hace tiempo- por el �delito� de ser padre de un delincuente. Y de paso, relacionar al periodismo con el crimen per se ante la opini�n p�blica. De escandalosa y delirante perversidad.
La trayectoria y la vigencia de la actividad profesional de Leobardo V�zquez Atzin como periodista est�n acreditadas. En sus �ltimos reportes dio cuenta de una invasi�n de terrenos en las que est�n implicadas autoridades anteriores y actuales del municipio de Tecolutla, conurbado con el de Guti�rrez Zamora. Por ah� tendr�a que llevarse a cabo en primer t�rmino la investigaci�n. Que en su casa vendiera comida no le resta m�rito alguno como reportero.
Porque s� a esas vamos, el fiscal Winckler es propietario de un negocio de venta de pizzas en el municipio de Veracruz �o sea que tambi�n es vendedor de comida-. Y el propio gobernador Miguel �ngel Yunes Linares es due�o de una gasolinera ah� mismo, de un rancho agr�cola en Tierra Blanca, y participa empresarialmente en el negocio inmobiliario, como �l mismo ha aceptado en m�s de una ocasi�n.
�Eso los desacredita como servidores p�blicos? No, definitivamente. Lo que los descalifica es su p�simo trabajo como tales.
Asueto
Con motivo del periodo vacacional en puerta, esta columna y su autor tomar�n un descanso la semana pr�xima, retornando a su publicaci�n el martes 3 de abril. A sus lectores y editores, gracias.
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