| Los legionarios de la doble moral |
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Actualizado: 2018-02-20 |
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R�brica
Los legionarios de la doble moral
Por Aurelio Contreras Moreno
El esc�ndalo que ha provocado la postulaci�n del l�der minero Napole�n G�mez Urrutia como candidato plurinominal del Movimiento de Regeneraci�n Nacional (Morena) al Senado de la Rep�blica, oblig� al lopezobradorismo a salir a defender lo indefendible.
Los retru�canos �argumentativos� para defender la nueva pu�alada de pragmatismo de Morena a sus supuestos ideales de �honestidad� y �combate a la corrupci�n� van desde que a G�mez Urrutia no se le han comprobado los delitos de los que se le acusa -el desv�o de recursos del sindicato minero por 55 millones de d�lares, as� como encubrir la tragedia de la mina Pasta de Conchos, en la que murieron 65 personas-, hasta que el se�or es un �perseguido pol�tico�.
Fue tan grande la indignaci�n que provoc� el regalo de una curul en el Senado para el l�der minero que nunca en su vida trabaj� en una mina, y que recibi� la dirigencia del sindicato por �herencia de su papi� (�d�nde m�s hemos visto esto �ltimamente?), que el propio Andr�s Manuel L�pez Obrador tuvo que salir a dar una justificaci�n ante semejante desprop�sito.
�Siempre he estado en contra de represalias tomadas desde el poder. Napole�n G. Urrutia ha sido perseguido y estigmatizando (sic) por propaganda oficial y oficiosa�, escribi� L�pez Obrador en su cuenta de Twitter, acompa�ado de un texto de uno de sus columnistas de cabecera haciendo un paneg�rico del l�der sindical, a quien poco falt� para que lo postulara al premio Nobel de la Paz, y a partir del cual sus trolls en redes sociales han emprendido su defensa cibern�tica.
Las alianzas inconfesables de L�pez Obrador no son algo nuevo. Lo ha hecho siempre mientras le han redundado alguna clase de beneficio. Recibi� sin pudor en su regazo a Manuel Bartlett hace ya algunos a�os y tambi�n le regal� una senadur�a. Ahora entre sus huestes hay una gran diversidad de antiguos integrantes de la �mafia del poder� que de pronto encontraron la �iluminaci�n� de la �fe� lopezobradorista, se �arrepintieron� de su pasado salinista, zedillista, foxista, elbista y hasta calderonista (o al menos eso dicen), y recibieron la �bendici�n� de la nominaci�n a cargos de elecci�n popular.
Lo cierto es que, como buen ex priista, L�pez Obrador est� al tanto de los recursos econ�micos, materiales y humanos que tiene a su alcance un sindicato poderoso, como el minero, y ya no digamos el magisterial. No por nada su otra alianza nada disimulada con Elba Esther Gordillo, cuya ayuda rechaz� en la campa�a presidencial de 2006. Esta vez no piensa repetir ese �error�.
La defensa m�s socorrida de los legionarios de la doble moral es que en el PRI y en el PAN no son mejores. Que tambi�n tienen en sus filas a personajes que en lugar de en una curul, deber�an estar en la c�rcel. Y no les falta un gramo de raz�n.
Sin embargo, el movimiento que encabeza Andr�s Manuel L�pez Obrador ha basado todo su discurso y toda su fuerza pol�tica en la promesa de una transformaci�n del r�gimen. En el combate a la corrupci�n. En el hecho de ser diferentes del resto de la clase pol�tica podrida que medra con M�xico. Pero �acaso se puede ser diferente rode�ndose de la misma basura reciclada?
Si a esas vamos, tampoco a Fidel Herrera o a Javier Duarte se les ha comprobado todo de lo que se les acusa. Quiz�s pronto los veamos como plurinominales de Morena.
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