| Lo quiero, pero no lo necesito |
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Actualizado: 2018-01-08 |
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�DEBO NO NIEGO; PAGO LO JUSTO�
Teresa Carbajal
� Lo quiero, pero no lo necesito
Comenzamos el a�o 2018 con el estr�s de asuntos econ�micos que a todos preocupan -al mismo tiempo que nos afectan- como el �gasolinazo�, el �tortillazo�, la p�rdida del valor real de los ingresos, seg�n c�lculos inflacionarios que reportan las fuentes oficiales, el aumento del costo de la canasta b�sica, y la severa cr�tica al aumento al salario m�nimo registrada durante el a�o pasado.
As�, con una amplia agenda en temas de econom�a nacional que tarde o temprano tendr�n consecuencias en nuestra econom�a familiar, el asunto de las casas de empe�o vuelve a ser noticia (como en cada �Cuesta�), lo mismo que los graves estragos que siguen causando las financieras que otorgan cr�dito desesperado a quienes sin pensar en los altos intereses que pagaran, por un poco de alivio temporal, comprometen ingresos futuros e inciertos, inciertos porque carecen de ingresos fijos o empleos seguros.
Y con cada nuevo esc�ndalo de cobranza extrajudicial abusiva, como se le conoce a las conductas que en aras de ejercer un derecho de cobro se tornan violentas o inadecuadas (amenazas, intimidaci�n, hostigamiento) alteran la paz y la tranquilidad de las personas atropellando los derechos fundamentales, surgen nuevas iniciativas de reformas a la legislaci�n a fin de inhibir tales comportamiento, no siendo suficientes para poner orden con las que ya existen.
En la v�spera de este escenario con el que nos recibir�a el nuevo a�o, me preguntaron el mes pasado: Teresa, -�Qu� tan malo es vivir a meses sin intereses? �Qu� tiene de malo esta forma de comprar? -No es malo- respond�, la falta de planeaci�n, de un presupuesto, la desorganizaci�n en nuestras finanzas personales, es lo que no nos permite hacer un uso responsable de este m�todo de compra, haciendo compras sin control y de manera irresponsable, adquiriendo art�culos que, en casos extremos, quiz� nunca usaremos.
En efecto, el problema es la consecuencia de no someternos al an�lisis de ��Lo quiero, o lo necesito?� antes de seguir comprando. Y ante este hecho reiterado, siempre llega el d�a en que ya no tenemos dinero para comprar lo que s� necesitamos, como la despensa semanal.
El asunto no es sencillo, para muestra un bot�n, bueno, �tres botones�. Primero, la experiencia de un caballero que inmerso en la pl�tica, en una reuni�n de amigos mientras celebr�bamos el cumplea�os de uno de ellos a fines del mes pasado, acerca de la ansiedad que generan las compras (y las deudas); se anim� a comentar su experiencia personal, que consisti� en que despu�s de haber visto un comercial en donde anunciaban una manguera maravillosa lo engancharon con que ten�a que llamar para saber el precio de la �s�per oferta� que ten�an en esos d�as, y una vez que llam� le hicieron gran publicidad al art�culo que no necesitaba pero que termin� comprando, no una sino: tres mangueras.
Se justific� diciendo que la vendedora ten�a muy buena capacitaci�n y lo convenci�.
El segundo caso, verificado en la misma reuni�n en donde un joven habl� de su gusto por comprar tenis de �ltima moda y muy alto precio; mismos que compraba para pagar a plazos, y cuya deuda y afici�n era tan fuerte que siempre terminaba vendiendo el m�s reciente para acabar de pagarlo, y adquirir uno m�s nuevo. Viviendo esclavo de la deuda de los tenis por varios a�os, el consuelo que le qued�, seg�n nos dijo, es que nunca fue a una fiesta con tenis repetidos.
Y finalmente tambi�n en una reuni�n familiar el caso de una joven y talentosa mujer dedicada al �rea de la salud, sin dependientes econ�micos con dos trabajos (y por tanto dos fuentes de ingresos) que despu�s de diez a�os de trabajar reflexion� que no contaba con ning�n ahorro, para comenzar un patrimonio como adquirir una vivienda propia, por ejemplo; porque se ha dedicado a comprar cinco pares de zapatos del mismo modelo, o que incluso tiene cajones repletos de cosm�ticos y maquillajes que nunca ocupa porque siempre se levanta tarde, y sale corriendo al trabajo.
Ella, quien justifica su falta de ahorro, por el eterno temor a quedarse sin trabajo, o que necesitar� muchos a�os para juntar lo de un enganche de una casa o un terreno. Lo cual no es justificante sino todo lo contrario.
Pues en su caso un buen ahorro con fines de adquirir vivienda permitir� un menor financiamiento en caso de hacerlo a cr�dito, o bien un buen respaldo financiero en caso de sobrevenir el desempleo.
En fin, ha comenzado un nuevo a�o, a todos mis lectores les deseo que este sea el mejor a�o de su vida, que supere todas sus expectativas; pero sobre todo que este a�o comiencen el prop�sito de poner orden en su econom�a personal para vivir sin estr�s la pr�xima Cuesta de Enero.
�Feliz A�o y hasta la pr�xima!
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Debo no niego, pago lo justo
Mar�a Teresa Carbajal V�zquez |
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