Xalapa, Ver.-(AVC) Unos ocho kilos y medio extra y un incremento de los índices de sobrepeso y obesidad, es la factura que dejará en México el confinamiento por la pandemia, revela un estudio publicado por Ipsos. En el estudio un grupo de científicos analizaron los hábitos alimenticios y de ejercicio en 30 países durante la pandemia. Encontraron que los mexicanos en promedio ganaron 8,5 kilos, siendo los que más peso ganaron durante la pandemia. Le siguen Arabia Saudita (8 kilos), Argentina (7,9 kilos)y Perú (7,7 kilos). El promedio mundial es de 6,1 kilos extras. De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México es el país de América Latina que tiene la mayor tasa de sobrepeso y obesidad entre su población, lo cual ha desencadenado otros padecimientos, como la hipertensión y la diabetes. Durante los primeros meses de la Jornada Nacional de Sana Distancia en marzo del 2020, se registraron cambios en los hábitos alimenticios de los mexicanos. Por ejemplo, aumentó un 300 por ciento el consumo de bebidas alcohólicas, y hasta un 20 por ciento el consumo de harinas preparadas, congelados, refrescos y aderezos.
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“Como muchos de mis pacientes comenzaron a trabajar desde casa, eso les permitió tener mejores hábitos y por consiguiente bajar de peso... Un 30 por ciento del total de mis pacientes. Está el otro 70 por ciento, que subió de peso, ellos redujeron su actividad física habitual. Y luego, obviamente, estar tanto tiempo en casa y tener la comida disponible hizo que incrementara su ingesta calórica, eso sumando el factor de la ansiedad y la incertidumbre”, cuenta Cristina Shaw, Maestra en Nutrición Clínica Y es que el tema emocional está fuertemente ligado con la alimentación. Un estudio del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) dice que comer puede reducir las emociones negativas y puede ser una forma de evadir de la realidad. Si alguien está acostumbrado a resolver sus problemas comiendo, seguramente va a ganar peso con el confinamiento.
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El binge eating o stress eating —términos que se refieren a trastornos alimentarios relacionados con el acto emocional de comer— persiguen el alivio de emociones negativas. No se trata de hambre fisiológica. Si a esto le añadimos el sobre almacenamiento de alimentos durante el confinamiento, es fácil llegar al descontrol. “El tema emocional está directamente relacionado con el consumo de carbohidratos... En el momento en el que empezamos a consentirnos con esos antojos, entramos en un círculo vicioso no solo emocional, sino también físico porque empezamos a secretar más insulina. El azúcar en sangre se baja y empezamos a necesitar comer más carbohidratos. Y entonces, eso es en lo que mucha gente entró. En esa dinámica de no poder salir del círculo vicioso”, explica Shaw. Los expertos auguran un incremento de la prevalencia del sobrepeso y la obesidad, pues lo que subimos de peso durante el confinamiento, tardaremos meses en volver a bajarlo. La OCDE estima que para 2030 el 40 por ciento de los adultos mexicanos tendrá obesidad. Información El Mexicano
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