Xalapa, Ver.-(AVC). El confinamiento social y el cierre de actividades económicas causó que 13 millones de personas con ingresos medios y altos, pasaran a las filas del 40 por ciento de la liberación laboral, reporta el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). Según el CEEY, las personas que mejor ganaban antes de la pandemia continuaron en la misma situación, igual que las que tenían ingresos bajos. Sin embargo, la clase media fue la que vio más mercados sus recursos tras la pandemia. Es decir, la población más afectada era aquella que ganaba suficiente para vivir, sin apuros pero tampoco en exceso y que ahora "pasó a la pobreza laboral", como señala Rodolfo de la Torre, director especialista en desarrollo social con equidad del CEEY.
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Esta información fue confirmada por. Cuarto número del boletín Movilidad Social en el Mercado Laboral, publicado por el CEEY. Este organismo aseguró que, en 2020 hubo más personas que descendieron de nivel socioeconómico y menos trabajadores que lograron ascender, esto respecto al 2019. En este boletín se puede observar como la movilidad considerada de "no pobre a pobre" bajaba de "no pobre a pobre" fue del 20 por ciento en 2020, siendo que en años anteriores se había reportado 17 y 18 por ciento. Asimismo, las personas que lograron subir de pobre a no pobre fue tan sólo del 16 por ciento en 2020. Estas cifras, tal como explica el director ejecutivo del CEEY, Roberto Vélez Grajales, demuestran "la poca estabilidad de los ingresos laborales" que tenían los mexicanos y que se profundizó tras la pandemia del covid-19.
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El CEEY también destaca que las mayores afectadas de esta situación son mujeres; pues antes de la pandemia 7.2 millones de personas eran excluidas de la población laboral, de las cuales 75 por ciento eran mujeres. En 2020 la cifra de personas fuera del mercado laboral fue de 7.8 millones, de los cuales, nuevamente fueron las mujeres fueron las mayormente excluidas por tener que realizar el trabajo no remunerado del hogar. Previo a la covid-19, en total, había 7.2 millones de personas excluidas del mercado laboral por la inseguridad, la baja escolaridad, la falta de experiencia laboral, embarazo o el cuidado de otras personas. De ellas, 75% era mujer. Al cierre de 2020 esa población de hombres y mujeres subió a 7.8 millones, dijo la investigadora. El momento más difícil fue el tercer trimestre, cuando habían 8.6 millones en esa condición. De la Torre concluye que si bien varias personas mejoraron su actividad económica por dedicarse a la venta de alimentos o productos que no se vieron afectados por la pandemia, el confinamiento social generó desigualdades considerables cuyo impacto aún no puede calcularse. Información El Economista
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