Xalapa, Ver.- (AVC/Perla Sandoval) Veracruz ha perdido el 58 por ciento de sus humedales, debido a la contaminación, la sobreexplotación y la invasión de predios, informó la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Pero, a pesar del deterioro que sufren algunos de ellos, Veracruz cuenta con nueve áreas protegidas consideradas en la lista Ramsar por su importancia ecosistémica, cultural y aportaciones al desarrollo económico de las regiones.
En el Día Internacional de los Humedales, una de las mayores preocupaciones es la conservación e incluso ampliación de estos espacios que a nivel mundial son vistos como uno de los mayores generadores de agua dulce.
AVC Noticias presenta sus principales amenazas así como el impacto positivo que generó la disminución de actividades derivado de la pandemia por el covid-19.
En Veracruz la lista de sitios Ramsar protegidos incluyen los manglares y humedales de la Laguna de Sontecomapan, en Catemaco; los humedales de la Laguna La Popotera, en Lerdo de Tejada; el Sistema Lagunar de Alvarado, que abarca los municipios de Alvarado, Tlacotalpan, Acula, Ixmatlahuacan, Ignacio de la Llave y Tlalixcoyan; además, el Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano, el Sistema de Lagunas Interdunarias de la ciudad de Veracruz; La Mancha y el Llano, en el municipio de Actopan; las Cascadas de Texolo y su entorno; la Laguna de Tamiahua y los manglares y humedales de Tuxpan.
Desechos sólidos e invasiones
En el puerto de Veracruz las lagunas interdunarias enfrentan la amenaza de la contaminación de desechos sólidos urbanos que son tirados de forma indiscriminada en las 18 dunas que forman parte de los sitios Ramsar, como señala el director del Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano, Christopher González Baca.
“La contaminación en el caso de las lagunas interdunarias porque la gente va y tira su basura como su fuera basurero, es algo triste porque pareciera que le ven cara de ‘tírame aquí’ a las dunas”.
Las invasiones son otro riesgo latente para los humedales. Apenas en enero pasado tuvieron que ser desalojadas al menos 14 familias que habían construido chozas en los alrededores de la laguna Olmeca, perteneciente al sistema de manglares y humedales de la zona.
Personal de la Procuraduría del Medio Ambiente realizaron este desalojo dado que se trata de un área natural protegida por sus servicios como vaso regulador en una superficie de 346 hectáreas.
Sobreexplotación de humedales
En la zona norte del estado, hay dos sitios Ramsar que sobresalen por su riqueza, es el caso de la Laguna de Tamiahua y los manglares y humedales de Tuxpan que además de su diversidad ecológica dan sustento a la economía basada en productos de las lagunas. Es aquí donde aparece la tercer amenaza de los humedales, la sobreexplotación.
La directora del Sistema Arrecifal Lobos-Tuxpan, Blanca Mónica Zapata Nájera, señaló que tan solo la Laguna de Tamiahua tiene una superficie más de 88 mil hectáreas que abarca cinco municipios: Ozuluama, Tamalín, Tamiahua, Tampico Alto y Tuxpan.
En este sitio, dada su importancia la Conanp analiza con un un grupo multidisciplinario ampliar la poligonal porque se han quedado fuera sitios como manglares, marismas, esteros que son importantes para la laguna.
En la zona, hay especies migratorias de patos, aves rapaces y hasta 120 especies de peces que proveen de sustento a familias de la zona que se dedican a la pesca, ya que además es reconocido por los platillos que tienen basados en productos de la Laguna como el ostión.
En el caso de los manglares y humedales de Tuxpan tienen una superficie de casi 7 mil hectáreas que incluye la Laguna de Tampamachoco, en este sitio existen especies de pericos, tortugas, marinas y otras especies amenazadas, además de 179 especies de peces, por lo cual es vital su subsistencia.
La especialista señaló que es necesario que los humedales sean atendidos de manera integral para procurarlos desde las cuencas altas a fin de que se garantice que desde las comunidades se protejan y garanticen su limpieza, además cuidar los pastos marinos porque albergan a las especies que crecerán con tallas grandes y por tanto se pueden comercializar.
“Cuando queremos proteger a los humedales forzosamente tenemos que voltear hacia arriba, a la cuenca y todo lo que significa; uno de los grandes problemas que tenemos es el arrastre de residuos. Hemos trabajado en campañas de limpieza y es impresionante la cantidad de plásticos que sacamos de los manglares”.
El valor de los humedales
Los humedales son zonas de transición entre los sistemas acuáticos y terrestres que constituyen áreas de inundación temporal o permanente, sujetas o no a la influencia de mareas, como pantanos ciénagas y marismas, cuyos límites los constituyen el tipo de vegetación hidrófila de presencia permanente o estacional, parte de su importancia radica en que prestan servicios ambientales como el suministro de agua dulce, alimentos, materiales de construcción, además del control de inundaciones, recargas de aguas subterráneas y mitigación del cambio climático.
México es el segundo lugar a nivel mundial con mayor número de humedales registrados ante la convención Ramsar, con 142 sitios que cubren una superficie de 8 millones 657 mil 57 hectáreas y en Veracruz los humedales incluyen manglares, selvas inundables, lagunas interdunarias, llanuras de inundación, además de manantiales, lagos, lagunas costeras y estuarios e incluso ríos y arroyos permanentes e intermitentes y la vegetación riparia en sus márgenes.
Gracias a que los humedales mitigan las altas concentraciones de carbono se les considera “piscinas de carbono”, por lo cual en México hay registro de carbono almacenado en los manglares de Campeche, Tabasco y Veracruz con valores que oscilan entre 22 y 50 kilogramos de carbono por metro cuadrado en perfiles de suelo de 60 centímetros de profundidad.
Sin embargo, en México, la pérdida promedio anual de humedales es de aproximadamente 2.5 por ciento; es decir, más de 650 mil hectáreas, y se ubica entre las cinco naciones del continente de mayor depredación de esas áreas debido a la utilización de los hábitats para la construcción de obras turísticas y al crecimiento de extensiones dedicadas actividades de ganadería, y acuicultura.
El riesgo que se corre es la muerte de espacios como la muerte de arrecifes de manera masiva, lo cual significaría afectaciones a la poblaciones de peces, incluidas las del tipo comercial, que traería como consecuencias a nivel turístico y ecológicos al perderse barreras que puedan contener los efectos de huracanes, oleajes, además de menor actividades portuarias.
Leyes que se ignoran
A pesar de que la contaminación de estos espacios protegidos es un “secreto a voces” y que existe un marco legal vigente hasta ahora no existen evidencias de que se aplique el Código federal que señala en su artículo 420 Bis:
“Se impondrá pena de dos a diez años de prisión y por el equivalente de trescientos a tres mil días multa, a quien ilícitamente: dañe, deseque o rellene humedales, manglares, lagunas, esteros o pantanos; dañe arrecifes; introduzca o libere en el medio natural, algún ejemplar de flora o fauna exótica que perjudique a un ecosistema, o que dificulte, altere o afecte las especies nativas o migratorias en los ciclos naturales de su reproducción o migración”.
También señala se aplicará una pena adicional hasta de dos años de prisión y hasta mil días multa adicionales, cuando estas conductas afecten un área natural protegida; sin embargo, dependiendo de la acción corresponde a un orden distinto de Gobierno aplicar la ley o presentar la denuncia.