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Viernes 29 de marzo de 2024
Marihuana y democracia

Actualizado: 2020-11-12
Marihuana y democracia

Juan Manuel V�zquez Barajas (Twitter: @juanmanuel_vb)

Las elecciones en los Estados Unidos del pasado 3 de noviembre marcaron varios hitos. No solo lograron sacar a Donald Trump de la Casa Blanca, uno de los presidentes m�s controversiales y divisivos de la historia de ese pa�s, sino que tambi�n produjeron avances en mecanismos de participaci�n ciudadana.
Los estados de Arizona, Dakota del Sur y Montana aprobaron iniciativas que permitir�n la legalizaci�n del cannabis (marihuana) para uso personal recreativo. Con estos estados, asciende a nueve el n�mero de estados de la Uni�n Americana que han legalizado la marihuana mediante el uso de consultas ciudadanas.
�Qu� es una consulta ciudadana?
Es una herramienta mediante la cual un grupo de personas pueden poner a consideraci�n de los votantes una propuesta de ley. Esto significa que el legislativo deja de ser el �nico con el poder de aprobar una propuesta para hacerla ley, siendo que los ciudadanos pueden juntar firmas para que una propuesta se someta a la aprobaci�n de la ciudadan�a por medio de una votaci�n.
Sin embargo, las consultas tienen ciertas restricciones. Nuestra Constituci�n marca que toda cuesti�n que atente contra derechos humanos, seguridad nacional, sistema financiero o electoral no podr� ser votada a trav�s de una consulta o iniciativa ciudadana.
�Cu�l ha sido la importancia de las consultas ciudadanas para la legalizaci�n de la marihuana en EEUU?
Nuestros vecinos del Norte han logrado organizarse desde la sociedad civil para impulsar un tema que no hab�a prosperado por la v�a gubernamental. De los once estados que hoy han legalizado la marihuana, solamente tres lo han hecho mediante la aprobaci�n de sus congresos estatales.
Dada la percepci�n negativa que ha acompa�ado a la marihuana, ha sido complicado para ciertas figuras pol�ticas fijar posturas a favor de su legalizaci�n. No obstante, conforme la propia sociedad ha avanzado en su conocimiento de la sustancia, y ha dejado de adoptar una �ptica penal sobre el tema, se ha volcado hacia su legalizaci�n.
Es as� como, utilizando mecanismos de participaci�n ciudadana que tenemos en M�xico, han logrado abrir camino para un cambio en una pol�tica de estado que tiene implicaciones m�s all� de la salud.
Para los estadounidenses, una de las cr�ticas m�s notables hacia la pol�tica de criminalizaci�n de la marihuana ha sido el efecto negativo sobre poblaciones pobres y de color. La socializaci�n de la guerra contra las drogas propag� un estereotipo de mayor uso de drogas ilegales entre las personas afroamericanas que se ha traducido en una mayor supervisi�n policiaca de esas comunidades. Peor a�n, se asocia tambi�n con el incremento dr�stico en el encarcelamiento desproporcional de personas afroamericanas. Ello a pesar de que, estad�sticamente, no hay diferencia significativa en los niveles de consumo frente a sus contrapartes blancos.
Con la legalizaci�n de la marihuana, las autoridades norteamericanas se ver�n obligadas a revisar este tipo de cuestiones y posiblemente redefinir prioridades. Que ello se traduzca en la redistribuci�n de recursos a programas sociales que ayuden a las comunidades necesarias, depender� en gran medida del activismo social y la voluntad pol�tica que este pueda movilizar. Sin embargo, el hecho de haber llegado a la legalizaci�n ya habla de la posibilidad de cambio que se puede lograr con mecanismos de democracia directa y participativa.
�Qu� lecciones pueden quedar para M�xico?
La democracia no solo nos permite atender problemas mediante la elecci�n de representantes, tambi�n permite empujar los l�mites para generar incidencia desde la sociedad civil. En M�xico contamos con instrumentos de democracia directa y participativa que nos permiten tomar decisiones de trascendencia para nuestras comunidades, estados y pa�s.
El ejemplo de la legalizaci�n de la marihuana en varios estados americanos nos permite ver las posibilidades que existen para impulsar cambios en la pol�tica del estado. Al igual que para nuestros vecinos, la pol�tica de drogas impacta en varios �mbitos de nuestra vida cotidiana, particularmente en la seguridad p�blica. Por lo que una acci�n colectiva estrat�gica podr�a darse en nuestro pa�s para generar movimientos de gran trascendencia, como este.
M�s all� de este tema en particular, es importante que los ciudadanos nos apropiemos de estos instrumentos para impulsar los cambios sociales que buscan mejorar el bien com�n.
El propio Presidente de M�xico ha se�alado su apoyo a las consultas populares para involucrar a la ciudadan�a en temas de gran importancia. Gobernar no es solo responsabilidad de los representantes populares, es un deber de todos nosotros ver por el bien com�n y organizarnos para lograr mejoras a nuestro entorno. Como demostraron los estadounidenses el pasado 3 de noviembre, no solo se puede castigar a trav�s del voto, tambi�n se puede construir un futuro distinto.
Un dilema que tiene la democracia directa en M�xico, que urge resolver por su impacto presupuestal a las finanzas del Estado mexicano, es ponderar si las consultas populares se realizan el mismo d�a que se celebren las elecciones federales o de las entidades, tal como ocurre en los Estados Unidos de Am�rica, o sostenemos un r�gimen separatista de la democracia representativa frente a la directa, �un cuando ello implice el uso de miles de millones de pesos de las y los mexicanos.

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