| Algo est� podrido en el poder judicial. |
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Actualizado: 2020-10-15 |
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FELIPE DE JES�S FERN�NDEZ BASILIO
DESDE A JANELA
Algo est� podrido en el poder judicial.
Mientras estamos bien entretenidos charlando acerca de quesos y penachos prehisp�nicos pero ajenos, la justicia mexicana se encuentra en quiz� la peor etapa de su historia.
Y es que en lo que ata�e a su funci�n primordial que es de acuerdo al art�culo 103 de la constituci�n mexicana hacer que las normas generales (leyes), as� como los actos y las omisiones de la autoridad sean acordes a los derechos humanos y a las garant�as otorgadas por la constituci�n y por los tratados internacionales.
Sin embargo, cuando se trata de asuntos que involucran oficial o extraoficialmente al gobierno federal, este poder no s�lo incumple con su tarea constitucional, sino que hasta inventa maniobras para seguir los dictados gubernamentales.
Por supuesto que no me refiero a la totalidad del poder judicial federal, ya que hay algunos jueces de distrito que han antepuesto la ley sobre los intereses del poder arriesgando tanto el sustento como la libertad personal.
Caso representativo de lo anterior es el proceso penal contra Alonso Ancira en la que un secretario de juzgado en funciones de juez le concede un amparo al inculpado y al otro d�a es separado de sus funciones por el Consejo de la Judicatura, es decir ni siquiera se agota el proceso de amparo y el funcionario judicial es perseguido inmisericordemente, ya que es deseo del gobierno federal que el mencionado imputado siga preso.
Mientras que en las instancias superiores que se supone que deben de ser mucho m�s especializadas, el absurdo jur�dico en el que incurren para ponerse al servicio del gobierno es total.
Y as� tenemos la famosa consulta popular que se va a hacer en las elecciones para preguntarle al �soberano pueblo� si las autoridades investigadoras del Estado deben de hacer su trabajo o no; misma que originalmente iba encaminada para preguntar si el pueblo quer�a enjuiciar a los �ltimos presidentes y los ministros en lugar de decir que lisa y llanamente esa pregunta no pasaba por anticonstitucional, ya que el art�culo 13 de la constituci�n claramente proh�be tanto las leyes privativas como los tribunales especiales, es decir la persecuci�n legal y judicial contra alguien en espec�fico; nuestro m�s altos interpretadores de la norma legal modificaron la pregunta para sustituir los nombres de los expresidentes por la generalidad de funcionarios p�blicos recientes.
Es decir, en lugar de rechazar la pregunta por anticonstitucional le hicieron la tarea al gobierno tratando de cuadrarla con la constituci�n y as� engendraron otra pregunta que si bien ya no atenta contra ese principio constitucional, sigue careciendo de toda l�gica y m�s porque la misma constituci�n establece que es obligaci�n de la fiscal�a federal investigar y perseguir todos los delitos que se cometan en contra de la federaci�n y el cumplimiento de esa obligaci�n no est� sujeto a la voluntad de nadie, ni siquiera a la del �soberano pueblo�; as� que con todo y los malabares de los ministros de la Suprema Corte, la pregunta sigue siendo anticonstitucional.
Otro ejemplo de la obsecuencia del poder judicial federal respecto al gobierno lo tenemos en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federaci�n (TEPJF) que sorprendentemente revivi� a una serie de nuevos partidos que no hab�an cumplido con los requisitos para obtener su registro como partidos pol�ticos nacionales violentando la intenci�n del legislador acerca de reducir los costos electorales endureciendo las condiciones para la obtenci�n del registro como partido pol�tico nacional.
Lo curioso del caso es que esos nuevos partiditos son necesarios para el gobierno, ya que ante el desgaste que su partido tiene tanto por el ejercicio del poder como por el gigantesco desorden interno que viven, ya que Morena no tiene dirigencias nacionales ni locales estables y viven en un constante pleito sobre quien es quien en ese partido; esos partidos bien les pueden quitar votos de personas desencantadas pero si llegaran a alcanzar alguna diputaci�n, �sta se alinear� a la bancada oficial.
Pero para lograr lo anterior, los magistrados electorales torcieron la ley de la materia y as� ordenaron al erario hacer un gasto millonario para que esos partiditos puedan operar y en su momento enga�ar al p�blico para que en la pr�xima legislatura se trate de construir otra mayor�a oficialista.
Como podemos darnos cuenta, algo est� bien podrido en el poder judicial federal ya que para justificar su trabajo inventan vocablos y precedentes judiciales muchos de ellos inentendibles (para constatarlo estimados lectores pueden consultar las tesis m�s recientes que hay en el Semanario Judicial del Poder Judicial de la Federaci�n) y sin embargo todo eso de poco sirve si cuando se tienen que enfrentar al gobierno no hacen nada m�s que darle por su lado.
Una vez hecha la reflexi�n semanal, quiero terminar este texto con algo verdaderamente chusco que sucedi� hace poco y es que la protagonista de eso no podr�a ser nadie m�s que Do�a Beatriz, quien es mejor conocida para los lectores de este espacio como �Frau M�ller�.
Y es que nuestra primera dama que seg�n ella no es primera dama pero que en realidad es mucho m�s que primera dama, fiel a su costumbre llev� a cabo una misi�n especial en nombre del Estado mexicano por Francia, Italia, la Santa Sede y Austria para pedir en pr�stamo objetos prehisp�nicos que hay en esos pa�ses m�s tanto por la calidad en la que fue como por los destinos que visit� nos recuerda a otra dignataria que aunque por circunstancias y con fines distintos, realiz� exactamente el mismo periplo y obtuvo tambi�n solo negativas a sus pedidos y al igual que �Frau M�ller� era otra dama de palacio, pero eso s� con mucha mayor alcurnia y sin ocultar su condici�n, esa persona era nada m�s y nada menos que la emperatriz Carlota.
Curiosidades de la historia que revelan mucho sobre los personajes p�blicos de la actualidad.
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