El Ner�n mesoamericano y su pa�s incendiado |
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Actualizado: 2019-11-22 |
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FELIPE DE JES�S FERN�NDEZ BASILIO
DESDE A JANELA
El Ner�n mesoamericano y su pa�s incendiado
As� es queridos lectores, por desgracia ya nos estamos acostumbrando a ser un pa�s en guerra, un pa�s en donde la violencia es pan de todos los d�as y que �sta no solo proviene del crimen organizado sino de toda clase de grupos que vandalizan universidades, comercios, casa y que secuestran veh�culos y v�as de comunicaci�n.
Y todo ello sin dejar de lado el bache econ�mico por el que M�xico atraviesa con el crecimiento econ�mico nulo y la ca�da del �ndice del empleo formal entre otros muchos indicadores que nos dice que no se est� conduciendo adecuadamente el pa�s.
Mas a pesar de todos los problemas, tenemos a un presidente enajenado que al igual que el c�lebre emperador romano Ner�n se dedica a escribir libros, al parecer muy vendidos en las plataformas comerciales m�s neoliberales del planeta y los que no se encuentran en los tianguis de pueblo, en los que habla del origen de la corrupci�n en M�xico y otros temas generales con mucha enjundia, pero con escaso rigor hist�rico y escribe mientras el pa�s se incendia.
Y ya que tocamos a Ner�n, queda la duda si el incendio es fortuito o es provocado, aunque sabemos que una parte de la ignici�n s� es causada por el presidente y sus huestes y esa es la constante violaci�n a las leyes org�nicas tanto constitucionales como legales para invadir y pisotear a todos los �rganos aut�nomos del pa�s, ya que los morenistas se comportan como las termitas, una vez que penetran en una instituci�n la destruyen por completo desde su interior.
Mas cuando se desmantelan las instituciones democr�ticas, lo que sucede es que se pierde la confianza en el pa�s y como ejemplo de lo anterior tenemos que si antes alguien se quejaba de que los omb�dsmanes eran d�biles y complacientes con el gobierno; ahora esa situaci�n va a empeorar, ya que la actual aparte de ser dudosa su elecci�n da la impresi�n de ser una pelele de Palacio Nacional y eso se confirma porque a pesar de no cumplir con los requisitos legales para desempe�ar el cargo entre ellos no tener militancia partidista cuando hasta hace poco se desempe�aba en la dirigencia del partido en el gobierno, seg�n el presidente hubiera sido �injusto� no designarla para tal cargo.
Y lo mismo sucede con la Suprema Corte de Justicia y el Consejo de la Judicatura Federal, organismos que poco a poco van siendo infiltrados por amistades y antiguos colaboradores de L�pez, lo cual resta credibilidad e imparcialidad tanto a la que es la m�xima instancia en la impartici�n de justicia como al �rgano que se encarga de designar a jueces y magistrados en todo el pa�s.
Esa parte del incendio s� es atribuible a nuestro Ner�n presidente.
Mas volviendo a los comportamientos neronianos de L�pez, tenemos que tambi�n se dedica a llevar a cabo aventuras estilo la guerra fr�a pero de cuarta, como hasta el momento es su gobierno, al rogar a un presidente defenestrado para que venga a asilarse a M�xico para desde aqu� seguir dando �rdenes a sus compinches para desestabilizar y aterrorizar a su pa�s y regresar al mismo en la primera oportunidad que tenga, pasando por alto L�pez todas las convenciones internacionales acerca de lo que es el asilo pol�tico.
Y en el colmo del caso, el presidente en persona entrega condecoraciones a los militares que pilotearon la nave que trajo al boliviano a nuestro pa�s, nave que fue comandada nada m�s y nada menos que por un �General!
O sea, para dirigir un avi�n se ocupa a un general del aire, cuando esa es una tarea para personal de rango mucho m�s bajo; un general que deber�a de estar ocupado dise�ando estrategias para combatir al crimen organizado es utilizado para hacer un viaje internacional y de rutina y no solo eso, sino que las condecoraciones y los ascensos se entregan por ese tipo de aventuras en lugar de entregarse a los militares que arriesgan su vida y su integridad tanto personal como familiar por intentar mantener la seguridad p�blica, a quienes en lugar de premiar se les reprende por osar tacar al llamado �pueblo bueno�.
Y aunque muchos de los males del pa�s no son culpa de L�pez, como tampoco la corrupci�n fue culpa de Cort�s, s� es responsabilidad de L�pez el no hacer lo necesario para combatirlos y m�s si se ha dado cuenta que sus m�todos originales no han funcionado y por ello se debe de exigirle que cambie el rumbo y se tome m�s en serio el rubro de la seguridad y el control de las marchas.
Culiac�n y la UNAM son testigos de c�mo est� descompuesta la seguridad en M�xico y casi todos, menos los fan�ticos, nos damos cuenta de que las cosas van empeorando y mientras el presidente se comporte como el emperador Ner�n, la situaci�n va a empeorar.
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Twitter: @FelipeFBasilio
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Desde a Janela
Felipe de Jesús Fernández Basilio |
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