Extracciones de material pétreo en el río Cazones, una alerta ante las inundaciones
Xalapa, Ver. (AVC/Perla Sandoval) En los últimos siete años se han presentado nueve solicitudes para extraer material pétreo del río Cazones, el mismo que se desbordó y causó graves inundaciones en municipios del norte de Veracruz.
Especialistas advierten que estas actividades agravan la erosión y aumentan el riesgo de desbordamientos, por lo que piden la suspensión inmediata de los permisos hasta que se revisen las condiciones ambientales del cauce.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), entre 2018 y 2025 se ingresaron nueve proyectos de extracción de roca y arena en distintos puntos del río Cazones: tres en 2018, dos en 2019, uno en 2022, dos en 2023 y uno más en 2025.
El expediente más reciente pertenece a la empresa Multiservicios Rocamex S.A. de C.V., que en febrero de este año solicitó permiso para explotar más de 40 mil metros cuadrados en el cauce del río, a la altura de la localidad La Curva, con una vida útil estimada de seis años.
En 2023 también se tramitaron dos proyectos, uno de ellos en Papantla, en el poblado El Palmito, donde se pretende extraer más de 25 mil metros cúbicos de material durante cinco años.
Extracción y erosión: un riesgo que crece
La investigadora del Centro de Investigaciones Tropicales (CITRO) de la Universidad Veracruzana e integrante de la Contraloría Nacional Autónoma del Agua, Beatriz Torres Beristain, explicó que la extracción de material pétreo altera la dinámica natural de los ríos y puede agravar las inundaciones.
“Cuando se remueven las piedras o arena, el suelo queda desnudo, como cuando se quita la vegetación en las montañas: al llegar la lluvia, el agua arrastra todo con facilidad. Se amplía la erosión y se modifica la dinámica del río”, detalló.
Agregó que la pérdida de vegetación en las orillas, combinada con el retiro de material, facilita el desbordamiento de los cauces.
“Está relacionado con cómo se puede desbordar el río; al remover la vegetación de las orillas, se altera la estabilidad natural del cauce”, explicó.
Ríos alterados y permisos bajo revisión
Torres Beristain señaló que los ríos pierden su estructura natural cuando se extraen piedras o arena, lo que provoca cauces más rectos y rápidos.
“Se ensanchan y pierden las curvas que ayudan a disminuir la velocidad del agua”, advirtió.
La especialista pidió a las autoridades ambientales revisar y cancelar los permisos vigentes hasta comprobar que no representan riesgo para las poblaciones cercanas.
“Todos los permisos deben ir para atrás. Tenemos que identificar dónde han ocurrido las inundaciones y hacer estudios específicos en esos lugares”, insistió.
Un punto crítico para los ríos de Veracruz
La investigadora destacó que los bancos de materiales operan desde hace décadas, pero los efectos acumulativos ya alcanzan niveles críticos.
“Las rocas moldeadas por el cauce forman su estructura y le dan consistencia. Al retirarlas, se pierde el equilibrio natural”, explicó.
Subrayó que un lecho bien conservado ayuda a reducir los impactos de lluvias intensas, mientras que la remoción de piedras y árboles deja al río sin defensas naturales.
“Un cauce con sus rocas y vegetación puede aminorar los desbordamientos. Pero si arrancamos los árboles y las piedras, el agua pasa sin obstáculos”, afirmó.
Para Torres Beristain, las recientes inundaciones son una advertencia sobre los efectos combinados de la extracción y la deforestación.
“Esto no solo es un problema de los bancos de materiales, sino también de la falta de reforestación. Si seguimos saqueando los ríos, el problema será mucho más grave”, concluyó.