Ejidatarios en el Pico de Orizaba denuncian tala clandestina

Por: Valeria Ramos /AVC Noticias
Fotografía: AVC / Noticias


2024-07-29
Habitantes del ejido de Nueva Vaquería en Calcahualco que viven en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional del Pico de Orizaba denuncian la tala ilegal de parte de habitantes que provienen de Nuevo Jacal, ejido vecino.


Xalapa, Ver.- (AVC) Habitantes del ejido de Nueva Vaquería en Calcahualco que viven en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional del Pico de Orizaba denuncian la tala ilegal de parte de habitantes que provienen de Nuevo Jacal, ejido vecino. 

El miércoles pasado los habitantes acudieron a la delegación de la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa), para denunciar la tala en su bosque y advirtieron que de no atender la problemática se podría generar un conflicto más grave entre los ejidos.

Los vecinos también señalaron que la situación fue denunciada ante el presidente municipal de Calcahualco, que hizo oídos sordos, “no nos apoyó , queremos haber si se hará algo, sino movernos, no vamos a dejarles el bosques, lo que les pertenece a nuestros hijos”

El bosque que ahora tienen los habitantes del Ejido Nueva Vaquería es vecino del Parque Nacional Pico de Orizaba, área natural protegida —declarada en 1937— que alberga al Pico de Orizaba o Citlaltépetl, el volcán más alto de México.

En el reportaje la ley del bosque en el volcán más alto de México de AVC Noticias, se revela que en los últimos años, las zonas boscosas que se localizan dentro de las 19 750 hectáreas que tiene el Parque Nacional Pico de Orizaba, así como aquellas que están a su alrededor, han padecido del aumento de la tala ilegal y de la instalación de aserraderos clandestinos.

En medio de un panorama de tala clandestina en gran parte del área natural, el ejido integrado por 87 ejidatarios ha logrado lo que parecía imposible: recuperar su bosque y hacer un manejo sustentable de sus terrenos forestales en más de 800 hectáreas.

Los ejidatarios se han organizado para hacer cuatro cortes al año en fechas claves para la comunidad: en abril, para prepararse rumbo a la Semana Santa; en junio, cuando el pueblo organiza su fiesta patronal; en octubre, para la fiesta de Todos Santos, y en diciembre.

La madera se vende en trozos y tablas a municipios cercanos de Veracruz y en Puebla; lo que sobra se utiliza para fabricar guacales, cajas de madera para transportar fruta y verdura. Algunos ejidatarios tienen pequeños talleres para procesar los cortes.

Como parte de su programa de manejo forestal, la comunidad tiene un área de conservación y servicios ambientales de cerca de 100 hectáreas y un vivero comunitario.

Además, una de las reglas máximas es reforestar aquellas zonas en donde se talaron árboles. El objetivo es no permitir que el bosque se acabe.

Ahora, los ejidatarios reclaman que el ejido vecino de Nuevo Jacal a unos 13 minutos de camino está entrando a su bosque para hacer tala clandestina de los árboles que ellos cuidan desde hace varias generaciones : “ Ya se acabaron lo de ellos y ahora vienen por lo de nosotros, lo que pertenece a nuestros hijos, para no nos falte agua, no los vamos a dejar”.

“Ya estamos desesperados, tenemos una preocupación por el bosque, la gente viene porque no tiene atención, si ustedes como autoridad no actúa qué podemos hacer”, cuestionaron los ejidatarios.

“Queremos una solución, ya estamos cansados como ejido, llevamos años cuidando el bosque mientras los vecinos están derribando indiscriminadamente, no se vale”, dijo otro de los campesinos.

“Los que se están metiendo a talar son unos pequeños niños que no saben ni donde están los linderos ejidales, entonces queremos una solución, no queremos que pelee nuestro pueblo, nuestra gente”, señaló otro de los habitantes.

Tan solo en el municipio de Calcahualco, en Veracruz —uno de los cinco en donde se ubica el Parque Nacional y donde también se encuentra el ejido Nueva Vaquería—, se han perdido 474 hectáreas de cobertura arbórea desde 2001 al 2020, de acuerdo con datos de la plataforma Global Forest Watch (GFW). Uno de los años más críticos fue el 2018, cuando perdió 104 hectáreas.

Los habitantes fueron recibidos por funcionarios quienes se comprometieron a coordinar junto con elementos de la Marina y Guardia Nacional un operativo de vigilancia en el lugar.