David Sandoval Rodríguez

Fotos: César Pisil Ramos y cortesía Ángel Ramos Ligonio

10/03/2025, Xalapa, Ver.- Científicos de la Universidad Veracruzana (UV), en colaboración con investigadores del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (Indre) y de la Universidad de Tulane, Estados Unidos, obtuvieron el ingreso al proceso de registro para la invención “Péptidos sintéticos para el diagnóstico de la enfermedad de Chagas”, por parte del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).

Ángel Ramos Ligonio, profesor e investigador de la Facultad de Ciencias Químicas y del Doctorado en Ciencias Biomédicas de la región Orizaba-Córdoba, explicó en entrevista la importancia de obtener un modelo de detección más preciso, al basarse en las variantes del parásito registradas en México con alrededor de 36 especies.

La enfermedad de Chagas es considerada como un problema de salud pública a nivel Latinoamérica, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) la cataloga como una de las 20 enfermedades desatendidas tropicales transmitidas por vector.

“Uno de los problemas que existe con esta enfermedad, independientemente de que no hay vacuna, es que solamente existen dos tratamientos, ambos de la década de los sesenta del siglo pasado”, lamentó el académico.

“Otro problema es el diagnóstico certero porque la mayoría de las pruebas varían dependiendo la fase de la enfermedad; si hablamos de diagnósticos serológicos, la mayoría están generados con antígenos de parásitos de cepas que circulan en Sudamérica, esto lo convierte en un desafío, puesto que el parásito también es susceptible a las condiciones de estrés, a condiciones que generan resistencia, dado que se defiende de la respuesta inmune del huésped.”

Las cepas mexicanas en particular se comportan de diferente manera a la mayoría de las que circulan en otros países sudamericanos, y eso incide directamente en la sensibilidad y en la especificidad del diagnóstico para el paciente.

“Desgraciadamente no todos los estados han avanzado en la detección de casos, como sí lo han hecho Veracruz y Yucatán, ya que existen más de 36 especies transmisoras del parásito a nivel nacional, mientras que en Latinoamérica se han registrado hasta 153, lo que lo convierte en un tema de salud pública”, subrayó.


Estudios efectuados en 2015 por su grupo de trabajo revelaron que la mayoría de los kits de diagnósticos comerciales que se utilizaron en población de zonas rurales tuvieron falsos positivos, y no lograron detectar el número de personas que poseían la infección cuando se utilizaba un extracto local de una cepa circulante.

“De ahí nace la necesidad y el deseo de poder aportar este conocimiento para el beneficio de la sociedad. Nos reunimos varios colegas: la doctora Araceli López Monteón, de la Facultad de Ciencias Químicas; el doctor Eric Montiel, de la Escuela de Medicina Tropical de la Universidad de Tulane en Nueva Orleans, Estados Unidos, y la doctora Carmen Guzmán Bracho, del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos”, detalló.

“Hicimos una búsqueda y encontramos un antígeno, que es el que está en cuestión de patente y diseñamos péptidos sintéticos con una buena respuesta en población abierta, logrando más del 90% de especificidad y arriba del 86% de sensibilidad, lo que lo hace un buen candidato para discernir entre un paciente que sea positivo y una persona no infectada”, puntualizó Ramos Ligonio.

Se dieron a la tarea de potenciar e investigar la concentración de los péptidos, sus tiempos de revelado, así como la concentración del anticuerpo que se iba a utilizar de los pacientes, es así como desarrollaron la propuesta de invención para obtener su patente.

Dijo que estos avances en sus investigaciones desde 2015 han sido posibles gracias al apoyo a proyectos de ciencia de frontera del entonces Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, actualmente Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti).

“Es una parte muy importante para generar la innovación y la investigación, sobre todo el registro de la propiedad intelectual; el apoyo económico va de la mano, pero si no hay recursos no podemos generar conocimiento.”

En cuanto a los colaboradores externos de la investigación, comentó que a Carmen Guzmán la conoció mientras cursaba su doctorado en el Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav) de la unidad Zacatenco, dijo que es una de las pioneras en las cuestiones de diagnóstico y determinación de la enfermedad de Chagas en México, junto con el doctor Oscar Velasco Castejón.

Producto de esta cooperación, también han creado la Asociación Chagas con Ciencia y Conocimiento, la primera en México dirigida principalmente a difundir material científico y académico para generar conocimiento sobre la enfermedad y realizar labores de capacitación.

Dificultad en la detección provoca personas contagiadas sin saberlo

Uno de los principales problemas que genera la enfermedad de Chagas es su detección, advirtió al referir que la infección pasa desapercibida y solamente un pequeño porcentaje puede llegar a tener manifestaciones clínicas; “pero a menudo ocurre que tales manifestaciones se confunden con un cuadro clínico de otras enfermedades como dengue, zika, chikungunya o cualquier otra infección parasitaria, porque son síntomas como calentura, fiebre, crecimientos de ganglios linfoides, y eso es normal en cualquier infección”.

Entre las patologías que genera la infección, independientemente de los padecimientos en su fase aguda, subrayó que en la mayoría de los casos pasa desapercibida.

“El 30% de estos pacientes evoluciona a una fase crónica y pueden vivir con ella toda su vida, sin saber que están infectados. Al menos en mexicanos se ha visto que puede desarrollar cardiopatías y, generalmente, las muertes asociadas a Chagas son por infartos fulminantes.”

Por otra parte, algunas cepas de parásitos que están presentes en el continente sudamericano se asocian con el crecimiento de otros órganos, como pueden ser esófago y colon, también con alteraciones del sistema nervioso que pueden provocar el agrandamiento de los órganos.

Ángel Ramos comentó que, en caso de que su proceso de registro sea favorable, la invención permitiría un diagnóstico más certero, no sólo para personas, también para uso veterinario, afirmó.

“En banco de sangre hemos observado algunos falsos positivos y falsos negativos en la plataforma que se utiliza actualmente para el diagnóstico en pacientes mexicanos; entonces, vendría a ayudar mucho en el diagnóstico más certero de la enfermedad y canalizarlos de manera adecuada. Además, la invención está diseñada para ser operada con suero humano, plasma humano, leche materna, orina, saliva y también para uso veterinario; tiene un amplio espectro y un campo de oportunidad para el diagnóstico de esta enfermedad”.

Con relación al apoyo de la Oficina de Transferencia de Tecnología de la UV, subrayó que sin su ayuda no habría sido posible generar el registro ante el IMPI, porque indican qué y cómo decir para hacerlo accesible, hecho que redundó en haber obtenido ya una protección y respaldo del instituto para los péptidos sintéticos y los ensayos serológicos.

“La UV nos ha proporcionado un buen cobijo, nos ha orientado de muy buena manera para que esto sea más fluido; nos tardamos más o menos como año y medio en ingresar la solicitud de registro de invención para obtener su patente.”

Comentó también que actualmente están en boga las “pruebas de punto”, que consisten en inmunocromatografías de flujo lateral que abaratan y aceleran el tiempo de diagnóstico, por lo que el grupo ha considerado realizar una proyección de este método y buscar también el registro de una variante de esa patente con otros péptidos adicionales.