Xalapa, Ver.- (AVC/Antonio Villagrán) Si no hay esperanza tienes que inventarla para sobrevivir, si no, vas a morir como una piedra abandonada en el vacío de las montañas, sin ningún sentido ni razón y si todavía tenemos los sentidos, hay que darle un poco de esperanza a lo poco que se llama vida, en medio del sufrimiento que nos rodea.
Con estas palabras de la joven Raisa, habitante de la ciudad de las prostitutas de Bangladesh y protagonista de su novela "Un edén en el infierno", responde el escritor Joshua Ramírez al comentario de que en su obra encontramos dolor, pero también esperanza.
"El dolor para mi es como una herramienta para construir literatura, la esperanza no la pierdo, no hay felicidad concreta pero si podemos inventarla, la literatura es un puente para tomar la antorcha de la felicidad aunque es efímera".
Invitado a la Feria Xalapeña del Libro, el escritor que hace 20 años partió como indocumentado a Estados Unidos, se presenta con una trayectoria de 28 libros bajo el brazo de cuentos, novelas y ensayos, todos editados en forma independiente.
El autor presentó en esta ocasión su libro de poemas "Invocaciones desde la Andrómeda", la novela "Kinki, amor sin destino", así como el primer volúmen de cuentos de terror "La noche de los walpurgis", que requirió de una extensa labor de documentación en torno a los llamados skinwalkers, los grimorios, los poltergeist, los wendigos y los sucubos.
"El escribir para mi ha sido con el propósito de buscar una felicidad que no tenemos, unos la buscan mediante el placer monetario, el placer carnal, por hacerse ricos y populares, muchos buscan la religión, los libros de auto ayuda, para darle una pequeña luz a nuestra vida".
Explica que en su caso desde los doce años la literatura ha significado un puente entre "mi breve alegría y felicidad y una breve satisfacción humana de la que no me arrepiento".
Expresa que su presentación en esta feria se la dedica a su madre, quien está enferma en este momento, y a quien a los 15 años le presentó sus primeros poemas experimentales y ella lo invitó a publicarlos, dando inicio así a su carrera en las letras a los 18 años.
Asegura que "sin parecer egocéntrico ni narcisista", en este momento construye al mismo tiempo 50 novelas diferentes, "¿Porqué?, porque nos podemos morir mañana, nos da un paro cardiaco, nuestra vida está así y no sabemos que puede pasar en un minuto o un segundo y la pasión de las ideas que ya están concretas las hago, 20 novelas, 20 libros de cuentos y 10 de ensayos y pienso terminar el próximo año".
En un mundo en donde la gente y la juventud no lee, no profundiza en nada, no le interesa la palabra prosperidad ni dejar un legado de su "efímera existencia", expresa su deseo de que en uno o dos siglos se le reconozca su obra y lo descubran como a Kafka.
"Quiero dejar un legado que retrate el mundo en el que ahorita yo estoy viviendo, como era la gente, hay muchos escritores que están escribiendo muy bien, pero esto es como un rompecabezas, cada uno pone su granito de arena y posiblemente yo sea uno de esos granos".
En este sentido celebra que una gran editorial como es Planeta, por primera vez, se haya acercado a él con el interés de publicar una de sus novelas pues aunque ahora se puede hacer en forma digital, no se compara con editar un libro y leerlo.
"Es una satisfacción muy grande, quiero llegar a un público más allá, ya no es como antes que si una editorial no te publicada tu obra no era conocida, puedo hacerlo por las redes, ahora tenemos la ventaja de que nuestra obra trascienda".