Xalapa, Ver.- (AVC/Valeria Ramos) El edificio que hoy alberga el bar La Popular, en la calle Venustiano Carranza de Xalapa, resguarda un mural de 1962 pintado por Mario Orozco Rivera, testimonio del pasado sindical de la ciudad y del movimiento muralista mexicano. Antes de convertirse en un bar, el inmueble fue sede del Sindicato Obrero Progresista del Dique, uno de los gremios más combativos de mediados del siglo XX en Veracruz. En su interior se conserva el mural “La lucha obrera”, obra realizada por el pintor Mario Orozco Rivera, como parte de un impulso artístico que vinculaba arte y movimiento social. Un muralista de alcance internacional Mario Orozco Rivera (1930–1998) fue un muralista mexicano influido por David Alfaro Siqueiros. Inició su trayectoria en Veracruz, donde pintó su primer mural en 1958 en el auditorio del Museo de Antropología de Xalapa. Posteriormente colaboró en proyectos nacionales como el Polyforum Cultural Siqueiros, y dirigió el Taller Siqueiros en Cuernavaca. Su obra incluye murales, óleos y esculturas, con presencia en colecciones de México y otros países. A pesar de su reconocimiento internacional, Orozco Rivera eligió Xalapa como lugar de residencia, donde también trabajó como maestro en la Universidad Veracruzana (UV) y promovió los talleres artísticos de la institución. El muralismo en Xalapa Xalapa es considerada una de las ciudades con más murales en México, después de la Ciudad de México. Además de “La lucha obrera”, otras obras de Orozco Rivera se encuentran en espacios públicos como el Palacio de Gobierno, donde pintó el mural “Liberación” en 1962, considerado por el también muralista Melchor Peredo como “uno de los murales más espectaculares y valiosos de la ciudad”. También destaca el mural “Veracruz revolucionario”, creado en 1961 en lo que entonces fue la Biblioteca Central de la UV, ahora sede de la Dirección General de Asuntos Estudiantiles. Un legado visible en espacios cotidianos El mural “La lucha obrera”, conservado en el bar La Popular, recuerda los vínculos entre arte y resistencia social. Este tipo de obras, insertas en la vida cotidiana de la ciudad, forman parte del legado del muralismo mexicano en Veracruz, donde la historia sindical, el arte y la educación pública se cruzan en espacios aún visitables.
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