Xalapa, Ver. (AVC/Sofía Quiñones) Cada 12 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Fibromialgia, una enfermedad crónica que provoca dolor generalizado y persistente, y que sigue siendo poco comprendida tanto por el personal médico como por la sociedad. A pesar de afectar a millones de personas, continúa siendo una condición invisibilizada, mal diagnosticada y, en muchos casos, minimizada. Esveidy, quien vive con fibromialgia desde hace varios años, comparte su experiencia: “Es una enfermedad difícil de explicar, porque los estudios no muestran nada. Pero el dolor está ahí todos los días, y condiciona cada aspecto de mi vida”. Relata que los síntomas no son constantes, sino que aparecen por brotes. “Hay momentos en los que el dolor se aguanta, pero otros en los que ni siquiera puedo salir de la cama”, cuenta. El principal obstáculo para recibir atención adecuada es la falta de diagnóstico oportuno. “Pasé años sin saber qué tenía. Fui a muchos médicos y la mayoría decía que era estrés o que todo estaba en mi cabeza. Me decían que exageraba”, recuerda. Esa falta de reconocimiento también la ha enfrentado en su entorno más cercano: “Como me ven bien, creen que no me pasa nada. Pero el dolor es real, aunque no se vea”. En México, se calcula que entre el 4 y 5 por ciento de la población vive con esta enfermedad. La gran mayoría son mujeres, particularmente entre los 30 y 50 años. La fibromialgia puede acompañarse de otros padecimientos como trastornos del sueño, cansancio extremo, colon irritable, ansiedad o depresión. Aunque no existe una cura, un tratamiento integral puede mejorar la calidad de vida. Esveidy explica que en su caso ha funcionado el ejercicio moderado, la terapia psicológica, el cambio en la alimentación y el control del estrés. “Lo más importante es aprender a escuchar tu cuerpo, a respetar tus límites y a rodearte de gente que entienda lo que vives”. También señala que el acompañamiento emocional es clave. “Si estoy deprimida o tengo ansiedad, el dolor empeora. Es como una cadena: el cuerpo y la mente van juntos”. Por ello, insiste en que el personal médico debe capacitarse para atender a pacientes con fibromialgia con empatía y sin prejuicios. En este Día Internacional de la Fibromialgia, personas que viven con esta enfermedad hacen un llamado urgente a visibilizar su realidad. “No pedimos lástima, pedimos respeto, atención y un trato digno. El dolor que no se ve también existe”, afirma Esveidy.
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