“Una limosna para este pobre viejo”: la tradición veracruzana que perdura
“Una limosna para este pobre viejo”: la tradición veracruzana que perdura Foto:
Oscar Martínez / AVC Noticias
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2024-12-31.- Cada diciembre, en diferentes regiones de Veracruz y otras partes del país, persiste una tradición que mezcla humor y nostalgia: la celebración del “Viejo”, práctica profundamente arraigada en la cultura veracruzana, simboliza el fin del año y la bienvenida al nuevo ciclo.
Xalapa, Ver. (AVC) Cada diciembre, en diferentes regiones de Veracruz y otras partes del país, persiste una tradición que mezcla humor y nostalgia: la celebración del “Viejo”. Esta práctica, profundamente arraigada en la cultura veracruzana, simboliza el fin del año y la bienvenida al nuevo ciclo, combinando elementos como música, danza y creencias populares.
La tradición del Viejo
El “Viejo” representa el cierre de un ciclo anual. Durante los últimos días de diciembre, se elaboran figuras que representan hombres mayores, caracterizados con cabello y barba blanca, vestimenta tradicional de la región, como paliacates, trajes de manta, sombreros, y, en algunos casos, accesorios como cigarros o puros.
Estas figuras se confeccionan utilizando materiales reciclados, como telas y periódicos, y suelen colocarse en una silla con un cartel en el pecho que dice: “Una limosna para este pobre viejo, que ha dejado hijos para el año nuevo”. El propósito de esta actividad es recolectar dinero en un bote o lata, el cual se destina a la compra de dulces para niños y pirotecnia, que se utilizarán en la quema del “Viejo” la noche del 31 de diciembre.
La tradición culmina con la quema del muñeco, acompañado de petardos que estallan mientras el fuego consume la figura. Este acto tiene un simbolismo profundo: se despide el año que termina, dejando atrás las dificultades, problemas y malos momentos, para dar paso a un nuevo comienzo.
Origen de la tradición
De acuerdo con el investigador Ricardo Cañas Montalvo, esta tradición se originó en 1875 en el puerto de Veracruz. Su inicio está vinculado a una protesta de trabajadores portuarios que exigían una compensación de fin de año por su labor a lo largo de los 12 meses, lo que hoy conocemos como aguinaldo.
El 31 de diciembre de 1875, bajo la dirección de Manuel Bovril, los trabajadores realizaron esta protesta, la cual tuvo éxito y sentó un precedente. En años posteriores, esta acción se repitió, y con el tiempo se incorporaron elementos como los cantos y los atuendos que caracterizan al “Viejo”. Incluso la apariencia con rasgos asiáticos, según se cuenta, fue tomada de un almanaque de la época, cuya ilustración se popularizó y fue adoptada como parte de la tradición.
Con el paso de los años, la práctica se extendió a diferentes colonias y municipios del estado, adaptándose y transformándose hasta llegar a la versión contemporánea.
La vigencia de la tradición
Hoy en día, muchas personas mantienen viva esta costumbre, e incluso algunos la han convertido en una actividad económica, dedicándose a la fabricación de muñecos que son vendidos para ser quemados en la noche de Año Nuevo. Este ritual sigue siendo una forma simbólica de cerrar ciclos y dar la bienvenida a nuevas oportunidades con la llegada del año que comienza.