Xalapa, Ver.- (AVC/Verónica Huerta) A pesar de la oposición de los vecinos que encendieron llantas para formar barricadas y evitar el desalojo ordenado por un juez federal, en algunas casas del fraccionamiento Villas Xalapa comenzaron a hacer la mudanza.
El fraccionamiento Villas Xalapa se ubica en el sur de la ciudad, a un costado de la unidad habitacional Lomas Verdes, y ahí en la entrada, los vecinos que invadieron las casas y apoyados por la organización Antorcha Campesina, prendieron llantas para formar una barricada con el propósito de impedir el paso de los policías antimotines de la secretaría de Seguridad Pública (SSP).
Por lo menos en siete ocasiones anteriores, los elementos de la SSP habían intentado cumplir la orden de desalojo ordenada por un juez, pero los vecinos se oponían a dejar las 38 casas que invadieron desde hace más de 10 años.
Esta mañana antes de que saliera el sol, llegaron más de 400 policías antimotines para ingresar al fraccionamiento, y aunque los integrantes de Antorcha Campesina salieron a su encuentro con tubos y palos en mano para impedir el desalojo, finalmente la orden judicial se concretó.
Los opositores gritaban “Viva Antorcha Revolucionaria” y al mismo tiempo golpeaban el pavimento con los tubos para hacer escándalo y tratar de mostrar fuerza a los policías antimotines.
Las llantas encendidas formaron columnas de humo negro que se elevaban al cielo, y dejaban el olor desagradable de hule quemado en el ambiente, mientras que los camiones de la SSP y de la mudanza avanzaban por la avenida principal del fraccionamiento para iniciar el desalojo.
A los habitantes de las 38 casas que habían invadido por años, no les quedó de otra más que sacar sus pertenencias: Colchones, camas de madera y de tubular, mesas, sillas, roperos, ropa, trastes, estufas, lavadores, refrigeradores, pantallas de televisión y bocinas entre otros.
Los invasores de casas, pasaron del gesto del enojo a la tristeza y la desesperanza, cuando tuvieron que cargar sus muebles y subirlos a los camiones de mudanza, bajo la mirada vigilante los policías antimotines.
Finalmente salieron del fraccionamiento camiones y camionetas cargadas con muebles, y las casas quedaron vacías, sucias, con basura de plásticos, cartones, papeles de baño y residuos de comida que los perros buscaban comerse.