Sendic Aguirre/El Liberal del Sur

Rodrigo acomoda un par de cartones de cerveza. Se agacha y levanta las cajas y de inmediato siente el dolor muscular. Se estremece y recuerda el día que pensó morir.
Fue el 28 de mayo, cuando comenzó la ola de incendios a negocios que aterroriza a Coatzacoalcos, con el atentado contra el Bama de Avenida I con Román Marín.
Esa noche, además de los daños materiales, el encargado de la tienda resultó lesionado. Era Rodrigo Vázquez Rosaldo, quien fue sorprendido por dos sujetos que llegaron en una moto, armados de garrafas de gasolina, la comenzaron a rociar en el establecimiento.
Detrás de los de la moto, llegaron más en una camioneta, y antes de prenderle fuego al lugar, llenaron el vehículo con toda la cerveza y botellas que pudieron.
“Recuerdo el momento de la explosión, la flama venir hacia mí, alcancé a cubrirme el rostro y vi como empezaron a caer pedazos del techo… no se lo deseas ni a tu peor enemigo”, recuerda.
En el hospital su pronóstico era reservado, temían afectaciones a órganos vítales. Presentó quemaduras en extremidades y rostro hasta en 50%.
“Es algo traumante, las heridas no sólo fueron físicas, también mentales, tengo secuelas del recuerdo del accidente, la explosión, ando sensible de los brazos, a veces siento mucho frío o si hace calor, comienzo a sudar más de cuenta”, relata.

SOBREVIVIENTE

En entrevista con Liberal del Sur, confiesa que por momentos no la contaba, pero sacó fuerzas al recordar al bebé en el vientre de su esposa, próximo a nacer.
En medio de las flamas, “pensé que no lo iba a ver, ella estaba embarazada, llegué a pensar que no iba a estar para mi hijo y subsistir con ellos. Cuando me cayó todo el escombro en la espalda, me vi muerto, a gritos pedía ayuda, saqué fuerzas, y escapé”.
Cada vez que observa el rostro de su hijo, agradece a Dios porque le prestó tiempo de vida para disfrutar de sus seres amados, y se siente afortunado de haber sobrevivido a uno de las peores manifestaciones de violencia.
Tan solo en lo que va del 2019, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reporta 53 homicidios dolosos.
“Cuando me dieron la noticia de que había nacido, sentí enorme emoción. Dios me prestó un poco más de vida para ver crecerlo. Hoy sé que la vida es sólo una y hay que saber aprovecharla. Nadie tiene la vida comprada”.
Los incendios a negocios en Coatza suman unos cinco, el último contra la palapa Mangos, donde tres sujetos lanzaron bombas molotov. El ataque al bar la Katrina, la semana pasada, también dejó dos lesionados, una de gravedad por quemaduras.
En medio de todo esto, la clase empresarial en Coatza ha reconocido el temor ante el incremento de estos atentados, que son una variante de la delincuencia para allegarse de recursos ante la descapitalización del secuestro, al menos en el sur.
Rodrigo ya perdonó a los agresores, sabe que tuvo el papel de víctima colateral de un par de hombres que llegaron a incendiar la tienda donde era dependiente.
Ya se reincorporó a trabajar a la cadena comercial Bama, y aunque sabe que la compañía lo ha apoyado, no descarta en mudarse con su familia… huir de la ciudad en llamas, y buscar emprender un negocio de manera independiente.
“Cuando camino por el Bama que incendiaron me queda el recuerdo muy malo que nunca se me va olvidar, mi familia también pasa por ahí y recuerda los trágicos hechos y pide a Dios que no se vuelva a repetir”
Desde la quema del Bama de 28 de mayo, suman 5 negocios que han sido incendiados por la delincuencia.

Incendios de negocios

Bama Avenida uno: 28 de mayo
Bar Palapa Catrina: 16 de julio
Cocinas Integrales Williams: 18 de julio
Autos Nuevo Milenio: 18 de julio
Bar Palapa Los mangos: 22 de julio