Xalapa, Ver.—  (AVC) Habitantes de diversas comunidades de Coatepec, Tlalnelhuayocan, Xico y Acajete solicitaron a productores de papa frenar el uso de plaguicidas altamente tóxicos empleados en zonas de cultivo cercanas a ejidos, manantiales y áreas de bosque. La petición fue emitida mediante una carta abierta en la que expresan preocupación por los efectos en salud y en el territorio compartido.  

En una carta abierta señalan que desde hace más de diez años han observado dermatitis, alergias severas, irritación de ojos, mareos y desmayos en niñas y niños, además de afectaciones en animales y contaminación de manantiales situados cerca de las zonas de siembra.  

Comunidades afirman que la situación se volvió insostenible 

La carta indica que los cultivos de papa se han extendido a laderas, bosques y terrenos abandonados donde se aplican sustancias que, aseguran, representan riesgos directos para las familias que habitan a pocos metros.

“Lo que está ocurriendo nos está enfermando. Daña nuestra salud, el agua que nos sostiene y los bosques de niebla que regulan nuestro clima”, expone el documento.  

Las comunidades reconocen la importancia económica del cultivo de papa, pero remarcan que la problemática actual “ya no se puede dejar pasar” y solicitaron transitar hacia prácticas que no comprometan la salud ni el entorno.  

Llamado a frenar plaguicidas y abrir diálogo

Los firmantes pidieron a productores detener el uso de plaguicidas altamente tóxicos, revisar prácticas agrícolas que —afirman— ya han demostrado causar daño y abrir un diálogo con las comunidades afectadas.

“Queremos colaboración verdadera. Queremos que la producción continúe, sí, pero no a costa de nuestra salud ni del futuro de nuestras familias”, señala la misiva.  

El documento plantea avanzar hacia alternativas y procesos de transición que otras regiones productoras ya han implementado sin comprometer la producción ni el sustento familiar.

Las comunidades resaltaron que el territorio que comparten con los productores sostiene por igual a quienes siembran y a quienes habitan las zonas vecinas, por lo que consideraron imprescindible adoptar medidas preventivas.

“Ninguna cosecha vale más que la vida”, concluye la carta, firmada por habitantes de Coatepec, Tlalnelhuayocan, Acajete y Xico.