Juventud en riesgo: construir un espacio de apoyo y esperanza ante el suicidio en Veracruz
Joven pierde la vida en el puente de Xallitic
Joven pierde la vida en el puente de Xallitic
Juventud en riesgo: construir un espacio de apoyo y esperanza ante el suicidio en Veracruz
Ana Mozo /AVC.
2025-09-12.- El suicidio juvenil en Veracruz se triplicó en 30 años. Especialistas llaman a hablar del tema sin estigmas y a construir redes de apoyo desde familias, escuelas e instituciones.
Xalapa, Ver. (AVC/Ana Mozo) Aunque Veracruz se ubica entre los cuatro estados con menor índice de suicidio en el país, los casos en jóvenes han aumentado en las últimas tres décadas. El doctor Axel Manuel Navarro Hernández, catedrático de la Facultad de Psicología de la Universidad Veracruzana (UV), advierte que la tasa de suicidio juvenil se ha triplicado en este periodo.
De acuerdo con el INEGI, en 2024 se registraron 382 muertes por suicidio en Veracruz: 319 hombres y 63 mujeres. El método más recurrente fue el ahorcamiento, estrangulamiento o sofocación (327 casos), seguido de envenenamiento (28) y disparo de arma de fuego (16).
Hablar de la muerte y el suicidio
En el marco de este 10 de septiembre día de la prevención de sucidio, la psicóloga Aura Teresa Cid Tepole, dice que es necesario hablar del suicidio juvenil de manera responsable: “La muerte, aunque la tenemos como algo festivo, no hablamos de ella como una realidad inevitable. El reto es enfrentarla de manera consciente y con mejores formas”.
En las últimas dos semanas se registró un suicidio por semana en población joven. Aunque las cifras nacionales colocan a Veracruz con índices bajos, el incremento es evidente si se compara con hace tres décadas.
Factores de riesgo
Navarro Hernández identifica como principales factores los conflictos familiares, la violencia, el consumo de alcohol en casa y la fragilidad de los vínculos afectivos, además de la influencia de redes sociales y contenidos que normalizan el suicidio. “Hicimos un estudio sobre cómo el incremento de los suicidios en los jóvenes está relacionado con un tejido social cada vez más frágil”, explica.
Cid Tepole agrega que no siempre está vinculado a depresión: “Puede relacionarse con pérdidas emocionales recientes o crisis personales donde la persona no encuentra una salida. Muchas veces hay antecedentes de ansiedad o depresión, pero el origen es más complejo”.
Prevención y abordaje respetuoso
Los especialistas coinciden en que la escucha empática es clave. Navarro advierte que descalificar al joven con frases como “qué tonto eres por pensar eso” puede resultar devastador.
El académico explica que el suicidio atraviesa fases previas que pueden detectarse: pensamiento, ideación, planeación, intento y consumación. “Todos los casos pasan por estas etapas, y ahí es donde se puede intervenir”.
Cid subraya la necesidad de cambiar la narrativa: “Pensar que quien considera el suicidio solo busca llamar la atención invalida su sentir. Se requiere respeto y ofrecer alternativas de apoyo”.
Redes de apoyo comunitario
La prevención no depende solo del sistema de salud. Familias, escuelas y comunidades son determinantes. “Si no logramos comunicar nuestro sentir con ninguna persona, nos quedamos sin alternativas”, señala Cid, quien insiste en construir redes de apoyo social.
Destaca la campaña estatal de prevención 2024–2026, bajo el lema “Cambiamos la narrativa”, que busca generar conversación responsable y ofrecer alternativas para que los jóvenes no vean el suicidio como única salida.
Factores sociales y emocionales
Para Cid Tepole, la desconexión social es un factor central: “Podemos tener miles de amigos en redes sociales, pero no siempre contamos con alguien con quien mantener un diálogo cercano y verdadero. Esto reduce los recursos emocionales para enfrentar las dificultades”.
Agrega que la estigmatización de la salud mental sigue siendo un obstáculo: “Todavía se piensa que ir a terapia es para ‘locos’, cuando en realidad todos enfrentamos situaciones complicadas. La forma en que aprendemos a gestionar emociones desde la infancia influye en cómo resolvemos problemas en la adultez”.
El papel de las instituciones
Cid señala que los servicios públicos de salud mental son limitados y no cubren la demanda. “Muchas personas reciben atención por una hora, pero el resto de su vida se desarrolla afuera. Necesitamos más acceso y cobertura en regiones donde no existen servicios suficientes”.
Considera que las escuelas pueden ser espacios de contención: “La enseñanza de la gestión emocional ha avanzado, pero durante mucho tiempo fue un tema olvidado. La escuela no reemplaza a la familia, pero puede detectar señales tempranas y acompañar a los jóvenes”.
Por su parte, Navarro destaca que la UV impulsa programas como el CEnDHIU, los Centros Centinela, talleres y grupos de autoayuda, como parte de una estrategia institucional para atender la problemática.
Romper tabúes
El reto, señalan ambos especialistas, sigue siendo hablar del tema con responsabilidad. Navarro afirma: “El problema está en la ignorancia, el miedo y la falta de información. Necesitamos romper esas barreras para que los jóvenes se sientan escuchados y no juzgados”.
El académico concluye con un mensaje: “Sea cual sea el problema que enfrentas, pasará. Cuando lo veas con distancia, entenderás que el mundo es amplio y que hay un lugar para ti. Ese lugar es importante no solo para ti, sino también para toda la sociedad”.
Línea de apoyo
La Línea de la Vida (800 911 2000) está disponible las 24 horas del día, los siete días de la semana, para brindar acompañamiento en situaciones de crisis.