Xalapa, Ver.- (AVC/ Tania Rivera) Después de veinte meses, el teatro La Caja reabrió sus puertas. Dentro de las obras que formaron parte de esta reapertura figura “Matar a un príncipe” del dramaturgo Arturo Sandoval, autor de otras piezas teatrales como Pareidolias y Tómbola, esta última ganadora del Festival Universitario en 2018.



En entrevista para AvcNoticias, el dramaturgo comparte que esta obra “nace de la necesidad de crear” y asegura que con la historia de José Miguel, el público encontrará una invitación a enfrentarse con los recuerdos dolorosos y situaciones pendientes, pero también hallará diversión en revisitar el pasado.


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La memoria emotiva y el teatro



Sandoval comenta que el génesis de esta puesta en escena surge cuando Luis Humberto Martínez, productor de varias de las obras que ha montado el dramaturgo, le pidió que escribiera una obra en donde él pudiera actuar.



“Le dije que sí, en el momento en que decidí hacerlo, me sentí bloqueado en esta parte creativa. Nunca me había pasado, así que decidí escribir precisamente sobre eso, sobre un dramaturgo, un creador, que no tiene nada de qué escribir y empieza a recurrir a lo que se conoce como memoria emotiva, que es hacer uso de los recuerdos, a veces felices, a veces dolorosos que pueden resultar interesante en la construcción de una obra teatral”.



Así es como surge la historia de José Miguel, un exactor que ahora es un “godín, que le pasa a muchos teatreros que les gana la institución”, a quien un regalo le dará el deseo imperante de regresar a los escenarios:



“(José Miguel) tiene el deseo de regresar a los escenarios. Conocemos entonces sus motivaciones y también las cosas que no ha resuelto. Una de las propuestas de la obra es que todos andamos por la vida cargando cosas en la mochila y a veces está bien pesada y no se detiene uno para revisar y soltar. El personaje en la obra va retomando esos episodios dolorosos de su vida y va confrontando a las personas con quien se siente relacionado de cierta forma, emocionalmente”.



En ese sentido, Sandoval explica que en general no le gusta exponerse en sus propuestas escénicas, pero como le dice su amigo Alejandro Ricaño, también dramaturgo, “¿de qué va a escribir uno entonces si no de sí mismo?” y continúa:



“Siempre me ha gustado dar ciertos toques al personaje principal que tiene que ver conmigo, pero en esta obra especialmente recurrí a eso porque sí refleja mucho de lo que yo soy. Muchas veces el actor tiene que desnudarse en un sentido figurado y en esta ocasión ya me tocaba sacar muchas cosas que el personaje vive, que le están pasando al personaje, pero en realidad me estaban pasando a mí: el confrontar el pasado, el revivir episodios dolorosos y plantearlos ahí”.


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La incertidumbre del arte y la pandemia

A José Miguel le ocurre una situación que suele suceder a los artistas: desistir ante la incertidumbre del futuro, la presión familiar, la autoexigencia en la creación. Al respecto, comenta Sandoval:



“Por lo general hay cierta incertidumbre de parte de la familia por el futuro que le espera al artista, conozco mucha gente que ha tenido este problema, que ha tenido que confrontar a su propia familia para poder llevar a cabo su sueños pero también conozco gente que se ha visto apoyada por su familia, por sus seres cercanos”.



“Creo que cuando tiene la inquietud artística es difícil que se apague esta llama que hay dentro, aunque no tenga uno dinero, aunque no cuente con el apoyo de su familia, aunque viva en una ciudad diferente (que eso pasa mucho con la gente de teatro de aquí, que vienen hasta acá), pues precisamente cuando uno trae ese ímpetu ese chip artístico es difícil que se calme”.



Sin embargo este no es el único inconveniente que han encontrado los artistas xalapeños durante estos meses, en medio de una pandemia que obligó a cerrar espacios culturales y artísticos causó un grave daño a este sector. A pesar de eso, Sandoval apunta que afortunadamente el panorama “pinta bien”.



“Veo a la gente que ya está con esa necesidad de asistir al teatro, nos volvimos muy digitales con esto de la pandemia, he compartido con mucha gente esa misma idea: estamos hartos de la pantalla.Necesitamos estas expresiones artísticas vivas: el concierto, el museo, la obra de teatro, a presentación de danza”.



Sandoval comprobó que el público “está ávido de este tipo de eventos” con la primera temporada de “Matar a un príncipe” en el teatro J.J. Herrera, “logramos tener llenos, no son los llenos que quisiéramos por la sana distancia, así que el aforo sea menor, pero ya creo que se está rompiendo con esa idea de guardarse y consumir lo digital, creo que ante eso la gente sí está respondiendo bien yendo al teatro”.



Sumado a esto, el dramaturgo explica que le gustaría que la gente fuera a ver su obra para transmitir el mensaje de tomarse más enserio la salud mental, tema que salió a relucir sobre todo ahora con el encierro por la pandemia.



“La gente no solemos voltear al interior de uno mismo e identificar las cosas que a veces tenemos como pendientes, que no trabajamos, podemos hacerlo a través de terapia o alguna actividad, como el deporte o el arte, pero que no se permitan andar así por la vida, porque es muy importante la salud emocional y creo que también de eso va la obra, sobre las cosas que estamos cargando, solamente cuando ya hay un conflicto es cuando dice uno porqué me molestó tanto o porqué me hizo llorar eso”.


Esta comedia para mayores de 15 años se presentó el 10, 11 y 12 de diciembre en el teatro La Caja.

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