Xalapa, Ver.- (AVC) La comunidad totonaca de Ojital Viejo, en Papantla ha estado expuesta durante 42 días a un derrame de hidrocarburos. Este desastre ha provocado la muerte de especies nativas y animales domésticos, contaminado pozos artesianos y parcelas de cultivo, y puesto en riesgo la salud de las comunidades cercanas en Papantla y Coatzintla.
El arroyo afectado es un afluente del Río Cazones, que desemboca en el Golfo de México. Desde el inicio del derrame - el pasado 21 de agosto-, que ya ha afectado 12 kilómetros del arroyo del Río Cazones, los habitantes han denunciado el trato despectivo y discriminatorio por parte de Pemex y otras instancias responsables.
Las evidencias recogidas por la Alianza Mexicana contra el Fracking muestran que, hasta el 29 de septiembre, las medidas de remediación han sido insuficientes y rudimentarias. Una cuadrilla de solo ocho empleados de Pemex, sin equipo de seguridad adecuado, se limita a remover el suelo contaminado y colocarlo a un lado del arroyo, empeorando la situación con las recientes lluvias. La falta de atención por parte del Estado mexicano y de la UNESCO es alarmante, dado el riesgo inminente que enfrenta la salud de los habitantes y la biodiversidad local. Los pobladores han estado expuestos a la muerte de especies nativas y a la contaminación de pozos artesianos y parcelas de cultivo, lo que pone en grave peligro su forma de vida.
Desde que la comunidad identificó el derrame, se han organizado para exigir una respuesta adecuada y han apelado a la solidaridad de la sociedad civil. Han llevado a cabo brigadas para atender a la fauna afectada y han informado sobre los impactos del derrame a través de redes sociales. Sin embargo, la respuesta institucional sigue siendo mínima y revictimizante.
Este derrame no es un hecho aislado; forma parte de un patrón de impactos derivados de la actividad petrolera en la región. Las comunidades de Papantla y Coatzintla enfrentan constantes amenazas por la falta de mantenimiento a las instalaciones de Pemex, muchas de las cuales tienen más de 70 años de antigüedad.
Las organizaciones firmantes, junto a las comunidades afectadas, exigen: - La remoción inmediata de los lodos y materiales contaminados por parte de Pemex, así como la restauración de los ecosistemas y cultivos afectados. - Mantenimiento regular a los ductos e instalaciones que atraviesan las comunidades. - Medidas de prevención y garantía de no repetición de este tipo de desastres. - Sanciones ejemplares para Pemex por su negligencia. - Recursos del Fondo Mexicano del Petróleo para la remediación de los sitios afectados.
La comunidad totonaca de Ojital Viejo y sus vecinos merecen atención y protección urgente ante este desastre ambiental.
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