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Viernes 29 de marzo de 2024
En caballo de hacienda: Morena �el nuevo partido de Estado?

Actualizado: 2022-06-03

Por: Efraín Quiñonez León


El próximo fin de semana se llevarán a cabo elecciones en seis estados de la república. Cálculos conservadores indican que del total de gubernaturas en disputa el partido de Estado, o sea, Morena tiene seguros al menos 3 triunfos; pero si el partido en el gobierno logra la victoria en cuatro o cinco de ellas el resultado será más que exitoso para el actual régimen de la llamada 4T. Ahora bien, si la oposición no logra ningún triunfo de las 6 elecciones para gobernador, los resultados serán más que satisfactorios para Morena y los festejos por semejante hazaña no habrá ocasión más propicia que esta para el partido en el poder, sus aliados y el propio padre de la cuarta transformación de la república.


 


El caso más complejo para el régimen es el de Aguascalientes, aunque los últimos reportes indican que la contienda se ha cerrado entre la cantidata del PAN, Teresa Jiménez, y la candidata morenista, Nora Ruvalcaba. En efecto, las intenciones de voto para la panista ronda el 40%, mientras que la morenista le sigue muy cerca con casi el 38%, de modo que las diferencias están muy cerradas y no puede darse por ganadora segura a ninguna de ellas.


 


De tradición priista hasta 1998 cuando gobernó el salinista, Otto Granados Roldán, la entidad ha sido gobernada por políticos panistas hasta 2010 cuando terminaba su sexenio, Luis Armando Reynoso Femat, envuelto en escándalos por corrupción; cosa que le valió a PRI recuperar la plaza para un periodo adicional de 2010 a 2016. El siguiente sexenio volverá a ser gobernado por un político de extracción panista, Martín Orozco Sandoval, quien será reemplazado por cualquiera de las dos mujeres que están en la recta final por el triunfo. 


 


En el caso de Durango no solamente se disputa el ejecutivo estatal sino que, además, la ciudadanía acudirá a las urnas para elegir a 39 alcaldes y sus correspondientes síndicos, así como 327 regidurías. La confrontación por la gubernatura se dirime entre los dos candidatos punteros y con las mayores cifras en cuanto intención de voto: María Vitela Rodríguez, candidata de la alianza “Juntos haremos historia”; mientras que por la coalición “Va por Durango” el candidato es, Esteban Villegas Villarreal.


 


Aunque en Durango también se ha venido cerrando cada vez más la contienda entre los candidatos punteros, pero a diferencia de Aguascalientes, la situación electoral en Durango parecía prefigurar una contienda casi segura para Morena, no obstante que en las últimas semanas la diferencia entre los contendientes es tan pequeña que es difícil establecer quien podría ser el ganador. Por tal motivo, los resultados son de pronóstico reservado.


 


Gobernado por el panista, José Rosas Aispuro, Durango en realidad refleja la descomposición del viejo régimen priista, pues la extracción de la mayoría de sus políticos devienen precisamente de ese partido que, al no poder resolver sus disputas internas, han migrado hacia otros partidos. Precisamente es el caso del actual gobernador, como de los candidatos que ahora se disputan la gubernatura, pues ambos hicieron carrera política en el PRI, pero ahora los intereses políticos de cada quien los coloca en bandos contrarios.


 


Hidalgo es otro de los Estados del país en que se llevarán a cabo elecciones el próximo domingo 5 de junio. Aunque en su momento se dijo que en las elecciones municipales de hace tres años Morena había resultado el partido perdedor, lo cierto es que observando fríamente los resultados había sido una opción política competitiva, aunque es verdad que en algunos casos los candidatos elegidos por Morena eran francamente impresentables y su política de alianzas con grupos políticos tradicionales le propinaron algunas derrotas. A pesar de todo, hasta hace algunos días Morena lidera las encuestas y parece cantada su victoria. Si el partido del presidente logra esta hazaña, Hidalgo se sumará a la ya amplia cantidad de entidades que experimentan la alternancia en el poder estatal, cosa que sería una mala noticia para el PRI que ha gobernado la entidad desde tiempos inmemorables, tan sólo por un periodo de 90 años en el poder local.


 


Julio Menchaca, es el candidato del régimen actual de la 4T, mientras que por la alianza opositora “Va por Hidalgo” la candidata es, Carolina Viggiano. En este caso, los reportes de las diferentes encuestadoras perfilan como triunfador al candidato de la alianza “Juntos haremos historia”; algunas de ellas dan una ventaja a Menchaca de dos a uno, en otras las diferencias son todavía mayores, de modo que parece estar pavimentado el triunfo para Morena y aliados.


 


Otra de las entidades que ya ha experimentado la alternancia en el poder estatal es Oaxaca, donde igualmente se llevarán a cabo elecciones el primer domingo de junio. Si bien está siendo gobernada por el priista, Alejandro Murat, las preferencias están del lado del candidato de Morena, Salomón Jara Cruz, quien, por cierto, compitió en la elección de hace 6 años en la que perdió justamente contra Murat, pero esta vez parece que se le han alienado los astros rumbo a la conquista del poder estatal.


 


El PRI, junto con el PRD o lo que queda de este, llevan como candidato a la gubernatura a, Alejandro Avilés Álvarez, quien lleva la encomienda de refrendar la gestión de su correligionario, el actual gobernador Murat. 


 


En Morena, a pesar de los conflictos internos para procesar la candidatura al gobierno estatal, se percibe un interés particular de la presidencia de la República por esa entidad, a juzgar por la frecuentes visitas y alusiones a la ciudadanía oaxaqueña. Esta, digamos, simpatía presidencial por el pueblo de Oaxaca se materializa en obras públicas, caminos y distintos accesos (a los centros turísticos, por ejemplo) con que el ejecutivo federal mantiene una presencia constante en la entidad; de manera tal que esa presencia y el innegable respaldo ciudadano que tiene el presidente en aquella entidad es un elemento nada desdeñable que puede incidir en la voluntad de los electores y propiciar un resultado favorable al régimen de la 4T.


 


Por otra parte, en Tamaulipas, los ciudadanos serán convocados a la urnas el próximo domingo a fin de elegir a su autoridad estatal. El clima político en aquella entidad ha estado plagado de filtraciones y acusaciones de participación del crimen organizado en la elección, lo mismo para el candidato que pretende la continuidad, César Verástegui, quien encabeza la coalición “Va por Tamaulipas”; que para el candidato de la alianza “Juntos haremos historia”, Américo Villarreal.


 


En este sentido, Américo Villarreal, ha denunciado en los últimos días una intromisión indebida en la contienda del actual gobernador tamaulipeco, Francisco García Cabeza de Vaca. El asunto es que el gobernador ha sido señalado como el orquestador de una campaña de difamación del candidato de la coalición Juntos haremos historia, al mismo tiempo en que se utilizan las instituciones de justicia para amedrentar a los simpatizantes de esta corriente.


 


Aunque al inicio de la contienda electoral el ambiente era favorable al candidato de la alianza Va por Tamaulipas, lo cierto es que la disputa se fue cerrando conforme avanzaba el proceso electoral. De hecho, ahora mismo las distintas mediciones sobre la intención de voto de los ciudadanos dan como muy probable ganador al candidato de la alianza Juntos haremos historia, casi por un margen de diferencia de dos a uno. Con otras palabras, el candidato de la continuidad se ha venido degradando en el ánimo de los electores, mientras que la simpatía de su más cercano perseguidor se ha fortalecido.


 


Finalmente, en Quintana Roo, no solamente se renovará al poder ejecutivo estatal sino que, también, habrán de elegirse 15 diputados de mayoría y 10 de representación proporcional. Igual que en el caso de Aguascalientes, en esta entidad sureña la contienda se dirime entre dos mujeres que lideran las fuerzas políticas que las respaldan. Por un lado, Laura Fernández Piña, abandera la alianza del PAN y adláteres; mientras que por parte Morena la candidata es Mara Lezama.


 


En este caso, Morena parece tener el la bolsa la victoria, pues su candidata aventaja con más de 20 puntos a su más cercana contendiente, la panista Laura Fernández.


 


Como se ve en este apretado resumen, si bien en todo proceso electoral hay cierta dosis de incertidumbre, las expectativas son más que buenas para el partido en el poder y pueden borrar a la oposición en los seis procesos electorales locales que se llevarán a cabo el próximo domingo 5 de junio. Desde luego que un escenario así sería un golpe mortal para la oposición cada vez más disminuida. Aunque un panorama de este tipo no le conviene a la novel democracia mexicana, lo cierto es que son los propios errores de la oposición y el descrédito de su clase política, la carencia de programas que contrasten a lo que hace el gobierno actual, así como su escasa renovación y peor aún, el reciclado de políticos de viejo cuño, es lo que ha incidido en el ánimo de los votantes para preferir a los candidatos de Morena no por buenos políticos, sino porque los candidatos que presentan las oposiciones se perciben como peores. En este sentido, puede sostenerse que existe una inercia restauradora del viejo sistema de partido prácticamente único por la vía de Morena. Una nueva reforma política podría acaso vencer la tentativa de reconstruir de nuevo un partido de Estado, transitar hacia un modelo de representación de proporcionalidad pura cambiaría completamente el sistema político actual y abriría espacio de mayor control social o participación ciudadana más genuina, pero de eso hablaremos en futuras colaboraciones.

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