Diplomacia desvencijada |
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Actualizado: 2022-03-01 |
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El gobierno da de s�, producto de sus limitaciones: intelectuales, de experiencia, de independencia. De dignidad.
Tenemos una conducci�n diplom�tica vac�a. Provinciana. Incongruente. Vacilante.
Peligrosa.
Estamos aislados. Se ofendi� a pa�ses amigos como Panam� y Per�; se enfri� a la Uni�n Europea, �conflictuados con Espa�a, Austria y el Vaticano� y hay una confrontaci�n con Estados Unidos.
La respetada imagen nacional en el exterior est� hecha polvo.
Las embajadas est�n repletas de afectos o desechos. Ah� est� Esteban Moctezuma en Washington; Josefa Gonz�lez (cesada por frenar un avi�n comercial para que le esperara) en Inglaterra; Blanca Gim�nez (ex directora de Conagua: res�gnense a las inundaciones porque ah� les toc� vivir) en Francia; Quirino Ordaz (quien no supo c�mo el c�rtel de Sinaloa moviliz� en su estado a cientos de hombres de armados para liberar a Ovidio Guzm�n) en Espa�a. O bien, los amigos de la esposa del presidente: Pedro Salmer�n, Jesusa Rodr�guez o Eduardo Villegas Meg�as, nominado nada menos que a la embajada en Rusia, por su experiencia diplom�tica de (ag�rrese) haber sido asistente de AMLO en la jefatura de Gobierno de la Capital.
El abuso fue apechugado en silencio por el Servicio Exterior (aclaro: no los juzgo, el hambre es canija).
El desastre provocado se hizo visible tras la invasi�n a Ucrania: El presidente pensaba plegarse a Rusia, abandonar la tradici�n diplom�tica mexicana y tirar el prestigio del pa�s a la basura.
Por eso, a 12 horas de la invasi�n, fue incapaz ya no de condenar al agresor, sino de siquiera mencionarlo. Al canciller no le qued� m�s que seguir la cantaleta de que M�xico es un pa�s de paz. De paz, s�, pero no eunuco.
El embajador mexicano ante la ONU, Juan Ram�n de la Fuente, ni siquiera estuvo en la sesi�n de emergencia el d�a del ataque. Obedeci� al d�a siguiente en no condenar a Rusia y cantinfle� sobre porqu� bajo la Constituci�n no pod�a hacer lo que, al otro d�a, hizo en el Consejo de Seguridad, aunque ya instalado en el rid�culo.
Quer�an respaldar a Rusia, pero no pudieron. Los apret� Estados Unidos, los exhibi� la embajadora ucraniana y los repudi� la opini�n p�blica.
Los principios constitucionales en pol�tica exterior �las doctrinas Carranza (autodeterminaci�n y soluci�n pac�fica de conflictos) y Estrada (no reconocimiento de gobiernos) han sido el escudo de dignidad, inteligencia e independencia nacionales ante el mundo.
Reci�n expedida la Doctrina Estrada, Pascual Ortiz Rubio orden� condenar la invasi�n de Jap�n a Manchuria.
C�rdenas (�oh, tan adorado, pero tan ignorado!) envi� nada menos que armas y municiones a Espa�a en favor de la Rep�blica.
Isidro Fabela conden� la anexi�n de Austria por Alemania ante la Sociedad de Naciones en 1938.
Con ambas doctrinas en plenitud Manuel �vila Camacho entr� a la Segunda Guerra Mundial en el bando aliado y Ruiz Cortines dio asilo a Jacobo �rbenz tras el golpe de estado en Guatemala.
Con ellas, L�pez Mateos se opuso a la expulsi�n de Cuba en la OEA y repudi� la instalaci�n de misiles nucleares sovi�ticos en la isla. Fue digno, valiente e inteligente. Cuando gestionaba que EU regresara el Chamizal a M�xico, Kennedy le pregunt�:
��Cu�nto cuesta?
�Soy Presidente de M�xico, no agente de bienes ra�ces�, fue su respuesta. No obstante, despu�s, en la misma visita, se comprometi�: �Puede confiar que siempre le cuidar� la espalda�.
No s�lo honr� su palabra en la Crisis de los Misiles: fue la plataforma para que su canciller, Alfonso Garc�a Robles armara los acuerdos de Tlatelolco para la desnuclearizaci�n de Latinoam�rica y ganara despu�s, por ello, nada menos que el premio Nobel de la Paz.
Con los mismos principios constitucionales, el presidente Echeverr�a rompi� relaciones con el Chile de Augusto Pinochet y L�pez Portillo con la Nicaragua de Somoza; se reconoci� a la guerrilla salvadore�a, la independencia de Belice, se conden� la invasi�n de Granada y la de Panam�, ambas por Estados Unidos y la anexi�n de Kuwait por Irak.
Los principios constitucionales han sido siempre nuestra espada y escudo; hoy son madriguera.
Antes se privilegiaba el inter�s nacional. Hoy, la ideolog�a.
Se ten�a un fino sentido de los equilibrios internacionales. Hoy, la tosquedad del dislate.
Antes, respald�bamos revoluciones. Hoy a los tiranos.
L�pez Obrador ha dicho siempre que su pol�tica exterior es la interior. Por ello se ha aliado con las dictaduras cubana, nicarag�ense y venezolana. Rumiando por los rincones, admira a Putin.
M�s claro, ni el agua.
@fvazquezrig |
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V�zquez Rigada
Fernando V�zquez Rigada |
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