| Marchas feministas: �Soluci�n o lucimiento? |
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Actualizado: 2020-10-01 |
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FELIPE DE JES�S FERN�NDEZ BASILIO
DESDE A JANELA
Marchas feministas: �Soluci�n o lucimiento?
En los �ltimos tiempos hemos visto como muchas mujeres con el rostro cubierto han marchado so pretexto de que son v�ctimas de violencia y/o de discriminaci�n mas eso que dicen es solo un mero pretexto para atacar como verdaderas hordas de hunos todo lo que se encuentran a su paso.
Tan es as� que por donde pasan sus marchas ni la hierba vuelve a crecer, tal y como se dec�a que suced�a en los lugares por donde asolaban las hordas de Atila, el rey m�s famoso que hubo de aquel pueblo de principios de la edad media.
Pero la cosa no queda en el alto nivel destructivo de las marchas, sino que tambi�n pasa por el tipo de espect�culos que dan como el hacer pi�atas con la figura de un feto o el excluir cualquier participaci�n masculina en sus protestas callejeras, es m�s ni siquiera se puede acercar un var�n a varios metros de distancia porque es considerado como una agresi�n, no lo digo yo sino lo dicen las mismas convocatorias que sus lideresas emiten.
Ahora bien, la cuesti�n es preguntarse si esas marchas realmente son efectivas o si est�n bien encauzadas o si por el contrario est�n apuntando hacia objetivos que poco o nada sirven para resolver el problema del que se duelen.
A sabiendas de que por mi condici�n de var�n escribir sobre este tema puede ser considerado una provocaci�n por parte de las integrantes de ese movimiento, ya que no podemos meternos de ninguna manera en su lucha; correr� con los riesgos de hacerlo, porque ante todo vivimos en una sociedad en la que todos los individuos podemos opinar sobre lo que le sucede.
Por lo que en primer lugar hay que ser muy enf�tico en que en sociedades como la nuestra un movimiento que exija la plena igualdad de todas las personas tanto ante la ley como en la sociedad misma es m�s que necesario, ya que por desgracia no tenemos esa idea germ�nica de igualdad absoluta que priva en el norte de Europa y que resisti� incluso al cristianismo y que quiz� en parte con la reforma protestante se adapt� la religi�n a la sociedad de esos pa�ses.
Mas nosotros para donde nos movamos tenemos unos or�genes que oprimen a la mujer, ya que por nuestra parte europea tenemos la mayor parte de las doctrinas que restan derechos a las mujeres, por ejemplo, para los romanos la mujer era un ser pr�cticamente incapaz para disponer de sus bienes, en Grecia no pod�an votar mientras que con el cristianismo la situaci�n tampoco vari� pues es la continuidad de la visi�n romana y luego a las tierras de donde salieron los conquistadores lleg� el islam, el cual es el que menos destaca por la b�squeda de la igualdad hombre mujer.
Mientras que del lado ind�gena la situaci�n en nada era mejor para las mujeres, ya que eran criadas y luego tratadas como una mera mercanc�a que el padre de familia comerciaba con el futuro esposo y hasta la fecha en las comunidades ind�genas de nuestro pa�s vemos como las muchachas se cotizan en cartones de cerveza y algunos otros productos que el prometido lleva a la casa de los padres de la muchacha y una vez que se cierra el trato y hay boda, �sta queda sometida a las �rdenes de su esposo.
Claro que tambi�n hay que se�alar que desde el siglo pasado mucho se ha avanzado en ese campo y sin embargo esos avances son m�s palpables en medios urbanos y de cierto desarrollo social, por lo que considero que esas marchas est�n equivocadas respecto al lugar en donde se hacen, porque en los centros de las ciudades el problema es inexistente y por ello debieran mejor de ir a la sierra o a los pueblos alejados a hacer sus plantones, cr�anme que all� s� hay mucho que exigir y nadie hace nada.
Otra cuesti�n a destacar es que da la impresi�n de que estos movimientos confunden la b�squeda de la igualdad femenina y masculina con otras cosas como el promover el aborto y no hace falta ni ser moralista ni mucho menos arrojar agua bendita para darse cuenta que una cosa no tiene nada que ver con la otra.
Y es que para que haya aborto tiene que haber tanto un feto, como ese del que se burlan, como un padre y el primero ya es un ser con un cuerpo diferente que escapa a la soberan�a individual de la madre mientras que el segundo es alguien que tambi�n tiene derechos y obligaciones respecto al ser que viene en camino; luego entonces como ya se dijo, la cuesti�n escapa del �mbito exclusivo de la madre y el principio m�s elemental del derecho dice que un derecho individual termina justo donde comienza el de otros individuos.
Cosa diferente y que adem�s es la soluci�n a la mayor parte de ese problema es que cualquier persona que no dese� tener descendencia decida operarse y ah� s� es una decisi�n soberana sobre el propio cuerpo y sobre la propia vida y no se debe de tolerar ninguna presi�n familiar, social o religiosa que imponga algo diverso a lo decidido, pero reitero ah� se trata de la individualidad y el derecho a decidir sobre la misma.
Tampoco se puede pasar por alto que hay circunstancias que provocan embarazos no deseados, siendo generalmente una consecuencia de la comisi�n de un delito y sin embargo existen mecanismos como la adopci�n para tratar de resolver esas situaciones que desgraciadamente no tienen una soluci�n total, m�s hay que tener en cuenta que el hijo, aunque es indeseado, no tiene la culpa de lo sucedido y es injusto que pague con su vida.
Y de la androfobia que presentan esas marchas, justo es decir que dicha actitud es incongruente con la b�squeda de la igualdad, ya que para que haya igualdad primero debe de haber inclusi�n y si los destinatarios de esas protestas son los varones o �patriarcas� como les llaman, que mejor que incluirlos para que llegue mejor el mensaje.
Por todo ello considero que quienes llevan a cabo esas marchas se encuentran muy confundidas respecto a lo que piden, ya que meten muchas ideas diferentes en una licuadora y con lo que resulta salen a destruir las ciudades, pero no resuelven ni de seguir as� resolver�n el problema que dicen buscar arreglar.
Porque no es destruyendo ciudades como van a alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres y de veras m�s podr�an hacer predicando en el campo y en las periferias de las ciudades que es en donde existen verdaderas aberraciones en pleno siglo XXI, pero es m�s c�modo vandalizar ciudades enteras que ir a predicar en el campo, ya que el lucimiento medi�tico es f�cil mientras que la lucha social que nadie ve no lo es.
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Twitter: @FelipeFBasilio
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