| �Un amuleto de esperanza? |
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Actualizado: 2020-09-11 |
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TIERRA DE BABEL
Jorge Arturo Rodr�guez
�Un amuleto de esperanza?
�El hombre sin los dem�s no es nada, no se podr�a expresar. Lo que cuenta es lo que nos une: la solidaridad�. (Max Aub).
Vivir la vida; nacer para vivir; vivir y morir; vivir muriendo; muriendo en vida y otras m�s expresiones que en nuestro hacer y quehacer cotidiano las vamos escupiendo y algunas veces esculpiendo de acuerdo a como nos trate nuestra sobrevivencia. Joan Manuel Serrat en �Romance del Curro (El Palmo)�, canta: �La vida y la muerte/ Bordada en la boca��
Entretanto, nuestros gobernantes, autoridades y pol�ticos, se llenan la boca de dimes y diretes, aun cuando la realidad los desmiente, puesto que s�lo se vuelve mercader�a de ofertas gastadas y palabrer�as de las que estamos hartos, vengan de donde vengan.
Las soluciones no s�lo se ofrecen; se construyen. Algo as� como, m�s vale p�jaro en mano que cientos volando, o como aquello, bastante sabido, que m�s acciones que predicciones, o m�s recursos que discursos. El tiempo va, no se detiene, y la realidad de M�xico sigue sin cambiar mucho. Pese a la pandemia, por todos tan temida, parece que estamos paralizados por no saber qu� madres hacer, nos agarraron con los calzones abajo y apenas viene lo peor. �Y d�nde los responsables de la instrumentaci�n de acciones concretas para enfrentar las enfermedades y dem�s problemas que la sociedad en general sufrimos? La sociedad intenta hacer lo suyo �algunos como que les vale madre-, pero la situaci�n no es tan f�cil como pretenden hacernos creer. No s� si sean los de arriba o los de abajo o los de en medio, o los otros, o nosotros mismos. El chiste es que vamos a la deriva. Satan�s entre nosotros, dijera entre broma un amigo.
Por m�s que busc� un amuleto de esperanza y at�rmelo al cuello, no lo encuentro, menos en mis semejantes. Sencillamente porque no se trata de amuletos, sino de actitudes. Como en el twitter de Alejandro Jodorowsky: �CUANDO TODOS APRENDAMOS A PONERNOS EN EL LUGAR DE LOS OTROS, SIN DEJAR DE RESPETARNOS A NOSOTROS MISMOS, EL MUNDO SER� M�S AGRADABLE. DIJO AMBROSE BIERCE: "UNA PATA DE CONEJO A TI TE DA SUERTE, PERO NO SE LA DA A UN CONEJO." (@alejodorowsky).
Al pregunt�rsele sobre la �nueva normalidad�, el escritor Enrique Vila-Matas contest�: ��Y qu� era la normalidad antes? Recuerdo que antes era, por ejemplo, creerse que salir en autom�vil nos creaba la impresi�n de libertad, de avanzar hacia adelante. Era fant�stico ir al volante, con toda la carretera por delante. Pero hoy la pregunta asoma al fondo de todo, y asoma terrible: �Hacia d�nde cre�amos avanzar? Adem�s, la pandemia est� poniendo al descubierto �confirmando dir�a yo� que hay un �nico mal que nos aqueja: la Estupidez. Una Estupidez formidable y universal.� �Gulp!
Luego, al referirse a su pa�s Espa�a, coment�: �El pa�s es uno de los mejores del mundo para vivir. Por ejemplo, por la solidaridad del ciudadano com�n. Lo horrible es que hemos de convivir con la poblaci�n m�s inculta y holgazana de esta tierra: la clase pol�tica espa�ola. Como se�al� el otro d�a el gran Manuel Vicent, la cultura solo necesita libertad y prestigio. La cultura nace de una euforia colectiva en la que los escritores y artistas se inspiran mutuamente hasta crear un clima creativo. Pero la cultura de un pa�s siempre va a caballo de su hegemon�a econ�mica y pol�tica. Y en Espa�a ya me dir� usted qu� se puede hacer si, por ejemplo, solo hay unas cinco mil personas que leen. Algunos hablan del embrutecimiento de la plebe, pero se habla de esto en t�rminos injustos, porque m�s bien lo que habr�a que hacer ser�a ilustrar, culturalizar, educar a la ignorante clase pol�tica. �Y qui�n va a ser el guapo que lo intente?�
Quien entendi�, entendi�.
Los d�as y los temas
Lo escribi� Xavier Velasco: �Hay tiempos en los que uno se define seg�n el respeto que le inspira la muerte. No es que le tenga miedo �alguno sentir�, eso sin duda, aunque igual no acostumbro tenerlo presente� sino que a estas alturas del campeonato preferir�a evitarme la p�stuma pena de protagonizar una muerte idiota. Que las hay por montones, y m�s en d�as como los que corren. Todav�a en el caso del virus VIH la gente se contagia por darle fuego al sexto mandamiento, pero ahora despiertas agonizando porque un desconocido te estornud� en la nuca, o hasta por mucho menos. �Qui�n dijo que a la muerte le hace falta un por qu�?
�Escuch� una vez, de labios de un polic�a granuja, que participar en una balacera es una de las experiencias m�s intensas que puede uno vivir. Adrenalina aparte, queda al menos a cada contendiente el consuelo de haber librado un pleito equitativo, donde cada quien supo c�mo y cu�nto arriesg�. �Pero qui�n que se mire en medio de una lluvia de balas perdidas no teme, con raz�n, estar en la antesala de una muerte idiota? �Qu� hago aqu� confinado, sino tratar de negarle a la parca el gustazo de faltarme al respeto?�
�Ah, qu� estupidez la nuestra!
De cinismo y anexas
Por si les sirve de algo, en tiempos, �eternos?, de contingencia, va un aforismo de Franz Kafka:
�No es necesario que salgas de casa. Qu�date junto a tu mesa y escucha. Ni siquiera escuches, espera. Pero ni siquiera esperes, qu�date completamente quieto y solo. Se te ofrecer� el mundo para el desenmascaramiento, no puede hacer otra cosa, extasiado se retorcer� ante ti�.
Ah� se ven.
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Tierra de Babel
Jorge Arturo Rodr�guez |
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