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Martes 23 de abril de 2024
Juzgar a expresidentes

Actualizado: 2020-09-01
Juzgar a expresidentes

Parlamento Veracruz

Juan Javier G�mez Cazar�n

El 20 de noviembre se cumplir�n 45 a�os de la muerte del dictador espa�ol Francisco Franco. Tan pronto muri�, Espa�a transit� de vuelta a la democracia mediante la restauraci�n de la monarqu�a y la confecci�n de una Constituci�n pactada por todas las fuerzas pol�ticas. La transici�n pol�tica espa�ola ha sido desde entonces un ejemplo de civilidad pol�tica de un pa�s moderno decidido a vivir en democracia.

Pero no hubo juicios, ni pol�ticos, ni jur�dicos, ni siquiera propiamente hist�ricos. Siguieron su vida sin sanar las heridas que caus� la dictadura y, por eso, casi 45 a�os despu�s algunas de esas heridas todav�a duelen, supuran y huelen mal porque est�n abiertas. Sin ir m�s lejos, all� tambi�n, como aqu�, tienen personas desaparecidas en fosas clandestinas todav�a sin descubrir. (Como habr� sido Franco que Javier Duarte se dijo su admirador, �Imag�nense!)

Apenas el a�o pasado el traslado de los restos del dictador de un mausoleo de honor mantenido con recursos p�blicos a una tumba privada, como cualquier difunto normal, fue objeto de un acalorado debate en Espa�a. Calles y plazas que hasta la fecha tienen nombres en honor a figuras claves de la dictadura tambi�n encienden �nimos entre quienes exigen renombrarlas y quienes las quieren conservar.

�Se imaginan en Alemania un parque llamado Hitler? Yo tampoco, el mundo tampoco y los alemanes menos.

Algo similar ocurre en Estados Unidos con su todav�a m�s lejana Guerra Civil. M�s de 150 a�os despu�s de acabado el conflicto, la bandera Confederada, s�mbolo de los supremacistas blancos partidarios de la esclavitud, apenas fue prohibida en instalaciones militares en el 2016 -aunque no ha sido prohibida en todos los dem�s usos en ese pa�s-. Algunos potentados de la esclavitud todav�a tienen estatuas en su honor que insultan a la comunidad afroestadounidense. Tampoco esas heridas est�n sanadas.

Otro ejemplo: una amarga decepci�n golpe� a muchas y muchos chilenos cuando el exdictador Augusto Pinochet muri� en el 2006 por causas naturales cuando estaba por ser llevado a juicio. La muerte les arrebat� la oportunidad de verlo comparecer ante la justicia por sus cr�menes, que no eran pocos. Pinochet dej� el poder en 1990, as� que tuvieron 16 largos a�os para llevarlo a juicio y cuando se decidieron era muy tarde.

En M�xico no podemos permitirnos esto. Inaugurada una nueva �poca en el poder p�blico de la Naci�n, ser�a indeseable prolongar a�os y d�cadas el ajuste de cuentas, no por revanchismo, sino porque s�lo la justicia nos puede dar tranquilidad y la oportunidad de sanar el pasado. Es bien sabido que no hay paz sin justicia y que el pasado no se supera volteando disimuladamente la mirada hacia otro lado, sino conjurando sus demonios.

�Por qu� juzgar a nuestros expresidentes? Porque en un Estado de Derecho moderno es lo que se espera: un juicio justo, apegado a Derecho, que ventile lo que ocurri�, que brinde justicia a secas. �Y por qu� la consulta? Porque debemos mandar el mensaje contundente, al presente y al futuro, de que la ampl�sima mayor�a de las mexicanas y mexicanos as� lo quisimos. El mensaje de que juzgar al pasado fue una decisi�n popular.

*Juan Javier G�mez Cazar�n. Diputado local del Congreso de Veracruz, presidente de la Junta de Coordinaci�n Pol�tica.
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