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Jueves 28 de marzo de 2024
En terapia intensiva

Actualizado: 2018-05-03
R�brica

En terapia intensiva

Por Aurelio Contreras Moreno

La desesperaci�n del r�gimen priista ante el nulo crecimiento de la candidatura de Jos� Antonio Meade, a menos de dos meses de las elecciones presidenciales, lo llev� a cometer un acto cercano al suicidio.
A media campa�a, decidieron relevar al ins�pido Enrique Ochoa Reza de la dirigencia nacional del Revolucionario Institucional para reemplazarlo por el ex gobernador de Guerrero, Ren� Ju�rez Cisneros.
Un priista de viejo cu�o, formado en un estado de gran complejidad y con altos �ndices hist�ricos de violencia, y que es identificado como parte del �ala dura� de ese partido que encabeza el ex secretario de Gobernaci�n Miguel �ngel Osorio Chong, con quien trabaj� en esa dependencia.
Su nombramiento lleva impl�cita, entre otras implicaciones, la aceptaci�n t�cita de que el actual grupo gobernante perdi� los hilos del poder y es, por s� solo, incapaz de mantenerse al frente de la Presidencia de la Rep�blica. As� que ha tenido que recurrir a viejos operadores priistas, expertos en hacer pol�tica �a la antig�ita�. Con todo lo que eso tambi�n conlleva.
El estancamiento de la candidatura de Jos� Antonio Meade fue evidente pr�cticamente desde que �sta fue lanzada, pero en Los Pinos optaron por una estrategia que al final no les aport� ning�n beneficio: atacar al segundo lugar, al panista Ricardo Anaya, con la intenci�n de rebasarlo para despu�s ir por el puntero, que fue y sigue siendo el candidato de Morena, Andr�s Manuel L�pez Obrador.
El fracaso de esa estrategia tambi�n llevaba mucho tiempo de ser incuestionable. Porque si bien lograron desgastar al panista, quien result� favorecido no fue Meade, sino el abanderado de Morena, que en las �ltimas semanas comenz� a rayar el 50 por ciento de las preferencias, l�mite que de ser rebasado, ser�a casi imposible de revertir.
Ante el desastre inminente, el r�gimen ha decidido dar lo que se llama un �golpe de tim�n� �que para efectos propagand�sticos, es atribuido a una decisi�n del candidato presidencial- y colocar al frente del otrora imbatible �partidazo� a un pol�tico cuyo fuerte, como qued� de manifiesto durante su toma de posesi�n, no es la oratoria, sino la operaci�n electoral.
El reempoderamiento del viejo PRI en la campa�a presidencial ya no tendr� recompensa a trav�s de candidaturas, pues �stas ya han sido definidas en su totalidad para todos los procesos de elecci�n federal y locales. As� que la �nica manera de que los �dinos� saquen ventaja de este reacomodo es ganando la elecci�n presidencial.
Su gran problema es que la decisi�n de dar un giro radical a la estrategia se ha tomado mucho muy tarde. Y aun cuando es previsible lo que pretenden hacer durante lo que resta de la campa�a y el d�a de la jornada electoral, qui�n sabe si eso les alcance para dar un vuelco que hiciera cre�ble un resultado que, en las actuales condiciones, es impensable.
Porque el reemplazo en la dirigencia nacional del PRI tambi�n significa que la decisi�n es ir con Meade hasta el final, lo que cancela la posibilidad de una declinaci�n, como se especul� fuertemente en los �ltimos d�as debido a lo que sugirieron los propios actores de esta disputa pol�tica.
Las �ltimas semanas de la campa�a ser�n cruciales para un r�gimen que se cre�a se mantendr�a en el poder por mucho tiempo, y que en este momento parece estar en terapia intensiva.

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