| El fracaso de los independientes |
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Actualizado: 2018-04-13 |
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R�brica
El fracaso de los independientes
Por Aurelio Contreras Moreno
Por donde quiera que se le vea, la figura de los candidatos independientes en los procesos electorales en M�xico termin� resultando un pat�tico fracaso.
Y lo es no por el tipo de candidatura en s�, sino porque salvo contad�simas excepciones, la pretendida �independencia� termin� secuestrada por la misma partidocracia que convirti� la figura en una mera extensi�n de las mismas estructuras pol�ticas de los partidos de siempre. Replicando, adem�s, los vicios de siempre.
Las candidaturas independientes eran una vieja demanda de la sociedad civil para arrebatar a los decadentes y desprestigiados partidos el monopolio del acceso a las posiciones de toma de decisi�n, y abrir a su vez esa puerta a los ciudadanos. De hecho, originalmente se hablaba de candidaturas ciudadanas, m�s que de candidaturas independientes.
Pero esa capacidad del sistema pol�tico mexicano de corromper todo lo que toca, como un �rey Midas al rev�s�, termin� ahogando en el mismo fango esa intenci�n de ciudadanizar la pol�tica, que al menos por ahora, no es m�s que una simulaci�n m�s en el rosario de incongruencias y falacias del espectro electoral de nuestro pa�s.
Por principio de cuentas, a las candidaturas independientes es pr�cticamente imposible que acceda un ciudadano de a pie, una persona com�n y corriente. El caso de Pedro Kumamoto en Jalisco es quiz�s la �nica excepci�n leg�tima que confirma la regla. Pero en general, los requisitos son inalcanzables para cualquiera que no cuente con una estructura que lo respalde para la tit�nica labor de recolecci�n de firmas. Si para una candidatura a una diputaci�n o una presidencia municipal es complejo, para la Presidencia de la Rep�blica es simplemente una quimera.
Tanto as�, que quienes hasta ahora han sido registrados como candidatos presidenciales independientes, Margarita Zavala y Jaime Rodr�guez Calder�n, no acreditaron el total de firmas que exige la norma y recurrieron a r�bricas ap�crifas y hasta fraudulentas, a pesar de contar la primera con el apoyo de una estructura construida desde el PAN y apoyada por el equipo de un ex presidente de M�xico, y el segundo con todo el gobierno de Nuevo Le�n volcado en esa tarea.
Lo peor de todo es que la figura de los independientes ha sido manipulada por el sistema para colocar impostores cuyo �nico objetivo es diluir el voto, as� como favorecer y/o atacar a los contendientes que s� tienen posibilidades de competir y ganar en un proceso electoral. Postulados por los partidos tradicionales, por supuesto.
Por ejemplo, en 2016, en la elecci�n de gobernador de Veracruz tuvimos el caso del ex panista Juan Bueno Torio, en alianza con el duartismo. Y este a�o, el caso de Jaime Rodr�guez Calder�n, el dizque �Bronco�, es el m�s claro ejemplo de la degradaci�n de las candidaturas independientes al nivel de comparsas, lastimeros paleros de los intereses de las c�pulas pol�ticas que no est�n dispuestas a ceder ni un �pice de sus privilegios a la sociedad civil, y que para colmo, son avaladas por los �rganos encargados de impartir la justicia en la materia, como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federaci�n.
La pol�tica en M�xico sigue siendo un asunto vedado a los ciudadanos que no se ajustan o adhieren a las complicidades y mafias de los partidos de siempre. Y qui�n sabe si eso llegue a cambiar alg�n d�a. No con el sistema con el que se contiende ahora.
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